El Committee to Protect Journalists, grupo independiente de defensa de trabajadoras y trabajadores de los medios de comunicación, informa en su reporte anual que este año, 64 periodistas en 17 países murieron mientras realizaban sus labores periodísticas, considerando al 2007 como el más mortal para el sector en los últimos diez años.
La organización informó lo anterior el pasado lunes en esta ciudad y explicó que en Irak fue donde más periodistas murieron. Por quinto año ese país es el más peligroso, con 31 muertos, uno menos que en el 2006.
En tanto, en América Latina, Perú, Paraguay, Honduras y Haití tuvieron un muerto cada uno. Somalia, azotada por un conflicto entre el gobierno y sus aliados etíopes de un lado y extremistas musulmanes del otro, sufrió la muerte de siete periodistas en el año. Y Pakistán y Sri Lanka registraron cinco cada uno.
La cifra global de 64 muertos tuvo un incremento de ocho, comparado con el año pasado y quedó a dos del record de 66 registrado en 1994, cuando violentos conflictos desgarraron Bosnia, Argelia y Ruanda.
El Comité, establecido en Nueva York, dijo que aún estaban investigando otras 22 muertes de periodistas en el 2007 para determinar si estaban relacionadas con el trabajo.
Entre esos decesos están los de tres periodistas en México, Gerardo García, caso ocurrido en Uruapan, Michoacán; el de Saúl Noe Martínez, ocurrido en Chihuahua, y el de Acapulco, Guerrero con Armando Ramírez. Otros casos que están en investigación sucedieron en Colombia, Brasil, Guatemala y El Salvador.
Desde la guerra de Vietnam, el asesinato ha reemplazado al combate como la causa principal de muerte violenta de periodistas, con siete de cada 10 en los últimos años.
Ese fenómeno alcanzó el grado más alto en Irak, donde la mayoría de los 124 reporteros, fotógrafos y editores, y de los otros 49 trabajadores de prensa, muertos violentamente desde la invasión estadounidense del 2003 fueron asesinados tras ser secuestrados, detalla el reporte.
De los 31 muertos en Irak en el 2007, 24 fueron asesinados, dice el informe. Todos a excepción de uno eran ciudadanos iraquíes, incluyendo nueve que trabajaban para organizaciones extranjeras de prensa como The Associated Press, Reuters, The Washington Post, ABC News y The New York Times.
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