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Mutilación genital afecta a 135 millones de mujeres

Por la Redacción

El Fondo de las Naciones Unidas denunció que la violencia de género provoca más muertes en mujeres de entre 15 y 44 años que el cáncer. Entre los actos agresivos contra ellas se encuentra la mutilación genital, una práctica quirúrgica que se realiza en alrededor de 28 países de África y Medio Oriente, que se extendió por la inmigración en Europa y constituye una forma más de control social y sometimiento femenino.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la mutilación genital femenina o ablación afecta a más de 135 millones de mujeres en el mundo y va por más: dos millones de niñas son mutiladas por año. El objetivo principal de la ablación es marcar el paso de la niñez al estado adulto de las mujeres, pero se practica también en niñas de entre cuatro y 12 años de edad. Además, se conocen casos de mutilación entre recién nacidas y mujeres a punto de casarse.

La ablación consiste en la eliminación total o parcial de los órganos genitales femeninos y puede realizarse de tres formas distintas: la clitoridectomía (extirpación total o parcial del clítoris); la escisión, que cercena partes o todos los labios menores; y la infibulación, una extirpación de los labios mayores donde se crean superficies de carne viva que después se cosen o se unen para que, al cicatrizar, tapen casi completamente la vagina.

La edad en la que se practica es variable, pero oscila entre los cuatro y los ocho años de edad, y es común también en la etapa de la pubertad.

«La excusa que ponen los pueblos es que la mujer infibulada se inmuniza, se hace más fuerte contra las enfermedades genitales o venéreas y tienen mejores posibilidades de dar a luz», afirma la antropóloga de la Universidad de Buenos Aires María Elena Magaz.

MUTILACION EN EUROPA

Europa es uno de los continentes que posee la mayor cantidad de comunidades de inmigrantes africanas. En este marco, el Reino Unido, Holanda y España, están avanzando legalmente para que se prohíba la práctica dentro y fuera de su país.

«Muchas niñas africanas que viven en Europa son mutiladas durante las vacaciones de invierno, cuando vuelven a su país de origen especialmente para la ceremonia», cuenta Magaz.

Los gobiernos europeos decidieron intervenir desde que se realizó el Primer Encuentro de Tolerancia Cero en el Día Mundial contra la Mutilación Genital Femenina, el 6 de febrero del año pasado. Las chicas inmigrantes que pedían ayuda a sus profesores del colegio ante el temor de que sus familias las obligaran a operarse fue lo que impulsó primero al Reino Unido a penalizar las ablaciones fuera de su territorio.

Si bien desde 1985 la mutilación está prohibida en la isla británica, ahora el castigo de 14 años de cárcel salta los límites fronterizos y se impone en el extranjero para los parientes de las niñas que las llevan a su país de origen para mutilarlas.

Holanda, como nación que cuenta con el mayor número de refugiados de países como Somalia o Sudán -donde la cantidad de mujeres mutiladas supera el 75 por ciento- está realizando una campaña desde hace dos años para prohibir definitivamente la práctica dentro y fuera de su país.

Por su parte, el Instituto de la Mujer de España diseñó un proyecto para conocer el número de casos de mutilación en el país y buscar mecanismos para detener esta práctica en los países de origen. De esta forma, el pasado10 de julio se lanzó el Boletín Oficial de Estado que publicó la ley que permitirá a los tribunales españoles perseguir por el delito de mutilación a los ciudadanos que residan en España y se encuentren en el extranjero. El proyecto fue apoyado por la Comisión Islámica en España.

ORIGEN Y TRADICION

La mutilación es una práctica que comenzó en las antiguas religiones animistas, las cuales afirman que los espíritus habitan las cosas y dan poderes a los objetos de la naturaleza, no en el Islam, en oposición a lo que muchas veces se cree», explica el arquitecto y especialista en la cultura islámica Hamurabi Noufouri.

Como es un acto que define la pertenencia e identidad en un grupo, las mujeres que no son intervenidas sufren exclusión social y hasta pueden ser consideradas como impuras o indignas del matrimonio.

Si bien su origen sigue siendo desconocido, las investigaciones actuales indican que la ablación ya era popular en Egipto en el siglo IV AC y se practicaba antes del matrimonio. Los primeros romanos y árabes la aplicaron por razones cosméticas, además de que en ocasiones se podía implementar como una forma de subordinar o esclavizar a las mujeres.

Antes de la ceremonia, los ancianos se reúnen para seleccionar a las candidatas, a la madrina y la fecha indicada para la operación. Las chicas son preparadas psicológicamente para superar la práctica con valentía y, llegado el día, son atadas, se pronuncia una oración y se realiza la cirugía en condiciones precarias. La ceremonia debe ser silenciosa; la niña no puede quejarse para no deshonrar a sus padres.

La ablación puede llevar a estados de depresión, psicosis y ansiedad. Además, la utilización de cuchillos o pedazos de vidrio sin anestesia provoca serias complicaciones en la salud. «Puede haber daños en los tejidos cercanos a la vagina, problemas menstruales, aparición de cálculos en la vesícula y la uretra, daños en los riñones e infecciones pélvicas», señala la ginecóloga María Luz Grippo.

LOS MOTIVOS

Las culturas africanas justifican la ablación desde distintas perspectivas «basadas en la ignorancia, la superstición y la dominación patriarcal», según la antropóloga Magaz. Entre los defensores de la mutilación, las explicaciones se centran en una problemática religiosa: el dogma exige la mutilación con un argumento higiénico, como ocurre con la circuncisión masculina en el judaísmo.

Las argumentaciones psicológicas, en cambio, manifiestan que la práctica hace a las niñas más dóciles y sumisas y les permite resguardar «el buen juicio y el accionar de la mujer». De este modo se diferencia la masculinidad de la feminidad. Asimismo, la ablación es una forma de garantizar la castidad femenina y de preservar la tradición antigua.

Las razones médicas sostienen que se pretende evitar el crecimiento del clítoris a un tamaño anormal; también se cree que se reducen las secreciones vaginales y que la protección del bebé y del marido está totalmente garantizada.

«Estas son argumentaciones que encubren el mando patriarcal signado por la dominación del hombre. Si bien el patriarcado se da en todas las sociedades actuales para someter y controlar a la mujer, con la mutilación femenina se llega a extremos violentos e insalubres», comenta la antropóloga.

El Fondo las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) exigió a principios de este año a los países africanos que prohíban la mutilación genital femenina. Asimismo, durante la sesión especial de la ONU sobre la Infancia, que fue realizada en 2002, los países miembros de las Naciones Unidas se fijaron como meta la eliminación total de este tipo de mutilación para 2010.

05/YT

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