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Navidad, una industria comercial en China

Por Roger Maldonado

Santa Claus, los Duendes y el reno Rodolfo de la nariz roja, han establecido una maquiladora en la Provincia de Hei Long Jiang, cerca de Siberia.

En una campaña de mercadotecnia, controlada por el estado, enseñan a un billón de consumidores a comprar y vender en esta nueva China. Nunca había visto una manera tan organizada de adaptar las costumbres occidentales como ha sido esta Navidad.

Simultáneamente en todo Zhuhai y en la China en desarrollo, desde el primer día de diciembre, aparecieron los Santa Clauses y con ellos vinieron los adornos navideños, poco después los villancicos, mas tarde los árboles y las esferas de adornos multicolores, prácticamente en todo lugar público se había iniciado la Navidad. Todo en inglés, que es el idioma del nuevo capitalismo chino.

Al principio me preguntaba: ¿Cómo es que esta costumbre cristiana se ha adaptado en China? ¿Acaso no son comunistas? El gobierno Chino ha decidido que educando a su población a comprar y vender, a visitar las tiendas y comprar lo deseado, tal como lo hizo con los teléfonos celulares, el pueblo chino se convertirá en el mejor mercado del mundo y pronto estarán presentes conduciendo las tendencias mundiales.

Lo fácil es hacer que los chinos sigan las políticas gubernamentales; lo difícil es hacer que estas políticas se tomen de una manera que no afecten la ideología nacional: el marxismo-leninismo.

La solución fue hacer a la Navidad un día del «amor y la amistad». De una manera contraria a los occidentales que ven a la Navidad como la celebración del nacimiento de Cristo, para los chinos es otro día para invitar a la novia, la vecina o a la trabajadora de la fábrica a salir o a cenar y, si se les hace, también podrían «hacer el amor». Este nuevo propósito de la Navidad fue alegremente aceptado por los jóvenes chinos.

Otra celebración que ha sido adaptada a la nueva mentalidad comercial China es el 14 de febrero, día de San Valentín, tomado de los Estados Unidos. Hasta aquí el nuevo colonialismo cultural que viene del occidente, aunque hay también otras festividades nativas que son igualmente del «amor», entre ellas el «festival de las linternas», quince días después del año nuevo.

Y aunque los Chinos no tienen lo que nosotros llamamos vacaciones, sólo días de fiesta, les encanta divertirse en los lugares públicos, sobre todo tomando cervezas (Piyo) o el letal vino blanco (Baiyo) este con más alcohol (hasta 45%) que los vinos de uva, se hace de varios cereales.

En las cervecerías, la gente se entretiene con diversos juegos, y se siguen ciertas costumbres. Vale decir que las mujeres participan menos, ellas dicen que no es «adecuado». Los hombres juegan algo parecido al juego «piedra, papel o tijera», adivinando lo que hace el contrario, a veces lo cambian por números, el que pierde tiene que beber hasta el fondo. Y siempre hay juegos de dados para beber más.

Una costumbre en los lugares públicos, aquí en Guangdong (Canton), es el tocar con la punta de los dedos sobre la mesa para dar las gracias, y mas de una persona te dirá la historia de su origen: durante la Dinastía Ming, un Emperador tenia la costumbre de salir de incógnito de sus palacios y disfrazado, juntarse con la gente del pueblo para conocerlos mejor.

Sus guardaespaldas, eunucos de la corte, quienes tenían la obligación de hacer el Kowtow, una postración de reverencia, para no revelar su identidad, hacían el Kowtow con los dedos sobre las mesas para mostrar su respeto, desde entonces se convirtió en saludo de agradecimiento, que se hace sin decir palabra alguna.

El karaoke es el pasatiempo favorito de los jóvenes. Este servicio se encuentra separado del bar para evitar que moleste a otros. Cuando uno es extranjero, como muestra de respeto es el primero en cantar; uno no puede rehusarse y a nadie le importa si uno esta desafinado, todos aplauden.

Algunas canciones para extranjeros son verdaderas reliquias, como «Country Road» de John Denver y algunas de los Beatles, la melodía de la película Titanic.

No todo China es Shanghai, que es el lugar de «la movida», y en casi todos los bares se cierra temprano; en las salas de Karaoke sólo quedan los clientes extranjeros y en esta época del año, los últimos en salir son Santa Claus y su banda de duendes y Rodolfo, el reno de la nariz roja.

2005/RM/SJ

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