Empresas trasnacionales como las estadounidenses McDonald´s y Mattel utilizan mano de obra infantil para la fabricación de juguetes, y someten a las y los menores a prácticas inhumanas, reveló la agencia brasileña Adital.
Horas y horas empastando el plástico, vertiéndolo frío en los moldes para armar trenes, muñequitas y soldaditos, entre otras figuras, es la cotidianidad de millones de infantes.
Un despacho de Adital reveló que los menores son supervisados por jefes muy severos. No pueden ni hablar ni moverse. «Sólo a mediodía tienen permiso comer un plato de arroz».
El 80 por ciento de la producción mundial de juguetes se concentra en tres países: China, Indonesia y Tailandia, donde empresas como McDonald’s y Mattel centralizan la fabricación de juguetes, agregó el reporte.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), hay cerca de 250 millones de niños y niñas trabajadoras en el mundo. De ellos, 30 millones se encuentran en América Latina y el Caribe, y la mitad son menores de 15 años.
Para la OIT, las niñas trabajadoras deben ser un grupo de atención de primer orden, dado que el trabajo que efectúan a menudo es invisible y sus estrategias de resistencia difieren de las de los niños, igualmente incorporados a la actividad económica.
En otras fábricas, informa el comunicado, la dirección les impone condiciones muy duras. «Incluso para ir al baño tienen que pedir permiso y son cronometradas por supervisores agresivos. Por norma la aprobación se concede una vez al día».
Además, con frecuencia, las trabajadoras están obligadas a hacer trabajos extraordinarios hasta medianoche e incluso hasta la mañana siguiente.
Las condiciones laborales son peores que estar en una prisión, pues normalmente la dirección ordena a los guardias cerrar las puertas de salida y abrirlas cuando se termina la producción, agregó el reporte.
Adital reveló que recientemente, en Tailandia hubo un incendio en una fábrica de juguetes propiedad de la empresa Kader Industrial Limited, que causó 200 muertes. «Las puertas estaban cerradas para terminar la producción», agregó.
Para la OIT el trabajo infantil contribuye a perpetuar la pobreza y tiene una incidencia negativa en el desarrollo económico a largo plazo. Por consiguiente, las medidas para prevenir las peores formas de explotación infantil deben realizarse acciones para rescatar y rehabilitar a los menores empleados.
2003/RGL/MEL
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