Inicio Niegan similitud entre feminicidio en Juárez y Guatemala

Niegan similitud entre feminicidio en Juárez y Guatemala

Por Beatriz Jiménez

No existe similitud alguna ni por su dimensión ni por el patrón de asesinato entre el feminicidio en Ciudad Juárez, Chihuahua y el que tiene lugar en Guatemala, advirtió Esther Chávez, directora de Casa Amiga, organización no gubernamental juarense, quien reconoció que el fenómeno en sí es indignante en ambas fronteras de México.

Luego de su reciente visita por aquel país, Chávez, en entrevista telefónica para esta agencia de noticias, dijo lo que ocurre en Guatemala es «espantoso», un «exterminio» sin precedente que demuestra que el país no cierra el duelo ni las heridas causadas en 34 años de asesinatos masivos.

Para Chávez el problema de la violencia en el país centroamericano es complejo porque, en el caso de los asesinatos de mujeres no hay un patrón común, «no hay distingos», asesinan a toda clase de mujeres: pobres, indígenas, jóvenes, viejas; además el exterminio incluye a los varones.

Datos de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH), establecida el 23 de junio de 1994, para verificar el abuso a los derechos humanos luego de más de 34 años de guerra (1962-1996), destacan que en Guatemala se registraron un total de 42 mil 275 víctimas.

Del total, 23 mil 671 fueron víctimas de ejecuciones arbitrarias y seis mil 159, por desaparición forzada. De las víctimas plenamente identificadas, el 83 por ciento eran mayas y el 17 por ciento mestizas.

En este contexto, Chávez aclara que si bien, la mayoría de los asesinatos de mujeres –que a la fecha suman 248 de acuerdo a cifras oficiales-, se han atribuido a la organización criminal de los maras, la verdad es que «los grupos paramilitares siguen en activo», situación que se agravó cuando se firmó la amnistía.

«Una mujer me relataba que el chofer que conduce la ruta por donde viaja todos los días fue un militar que asesinó a su marido» Relata Chávez y se cuestiona: ¿Cómo poder perdonar? Lo que es más, los ministros de la iglesia anglicana en el país sudamericano son todos ex militares, recuerda.

En estas condiciones, agrega, no es extraño que se haya desatado la violencia en Guatemala, la cual posee múltiples factores de influencia: la pobreza en que se encuentra el 51 por ciento de la población, su base principalmente indígena, los acuerdos de libre comercio y un enorme rencor luego de la guerra civil.

VIOLENCIA

La activista informó que la violencia en Guatemala incluye a todos los actores: «El 75 por ciento de los asesinatos contra mujeres son por armas de fuego -lo que indica una uso constante de armas o la presencia de grupos paramilitares-, la prostitución infantil va en aumento y hay hasta un 80 por ciento de violaciones a menores, cifra que se disparó de una año a otro.

En ese sentido la Comisión para el Esclarecimiento Histórico en su informe de la situación guatemalteca indica que los principales afectados durante y posteriores a la guerra han sido las mujeres y los infantes: «Una de cada cuatro víctimas directas de las violaciones de los derechos humanos y hechos de violencia son mujeres».

Fueron desaparecidas, torturadas y violadas sexualmente, a veces por sus ideales y su participación política; otras fueron víctimas de las masacres y unas terceras discriminadas. Miles perdieron a sus esposos quedándose viudas y como único sostén de sus hijas e hijos, a menudo sin recursos materiales luego de la destrucción de sus casas y cultivos en las operaciones de tierra arrasada.

VISOS DE SOLUCION

Sin embargo, para la representante de Casa Amiga, el feminicidio guatemalteco puede solucionarse porque hay organizaciones sociales bien constituidas. Se cuenta con una Procuraduría de la Mujer, una fiscal y el gobierno guatemalteco -aunque débil-, invierte en recursos para solucionar la situación.

Acostumbradas a una larga y expuesta organización por sus años de lucha, las organizaciones feministas guatemaltecas trabajan arduamente para que las cosas no se queden sin remediar en Guatemala, «ellas son las más interesadas en la solución», concluye Chávez.

FEMINICIDIO EN MÉXICO

A diferencia de lo que ocurre en Guatemala, en México la organización Casa Amiga, registra al menos 90 asesinatos seriales de las cuatro mil 541 desapariciones que reconocen organismos judiciales.

Sin embargo, el pasado 6 de julio, en conferencia de prensa vía satélite, la Fiscal Especial, María López Urbina declaraba que el feminicidio en Ciudad Juárez no existía: «Lo que tenemos son homicidios, parricidios e infanticidios, pero no feminicidio». Además dejó claro que sólo resta por hallar 34 mujeres.

Luego de un jaloneo de cifras en las que nadie se pone de acuerdo, en Chihuahua se reconoce la existencia de cuatro mil 541 mujeres desaparecidas y cerca de 400 asesinatos, mientras que han sido hallados nueve cuerpos femeninos en lo que va del año, amén de que han sido reportadas otras dos desapariciones.

2004/BJ/GV/SM

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