Las defensoras de Derechos Humanos (DH) son mujeres que actúan de manera pacífica en la promoción y protección de las garantías individuales. En Ciudad Juárez ellas trabajan en medio de amenazas y el hostigamiento de parte de quienes se sienten transgredidos por su labor.
«Nuestro principal trabajo es para las mujeres de Juárez, incluidas nosotras mismas; sin embargo la violencia en el estado ha llegado a tal grado que hace que nosotras también vivamos con temor»; dijo a Cimacnoticias Irma Casas, directora del Centro de Crisis Casa Amiga.
Sostuvo que en Ciudad Juárez el Estado de derecho no existe, «sales a la calle y no sabes si vas a perder la vida, tus cosas, o vas a ser violentada de cualquier forma, a la afueras de la organización nos han robado».
«En una semana se llevaron dos autos y las autoridades nos responden es un robo de auto y necesita venir hacer la denuncia; cuando sabemos que cerca de Casa Amiga hay redes de personas que se dedican al robo de autos y su traslado. Que podemos esperar cuando sabemos que la autoridad esta coludida con estas bandas criminales», se preguntó.
Detalló los problemas a los que se enfrentan como resultado de los servicios que brinda Casa Amiga, antes «los agresores de mujeres se detenían, buscaban a la mujer y se llenaban de justificantes ante nosotras nos decían que las querían; no llegaban con tanto poder como ahora».
«Saben que estamos en un grado de vulnerabilidad alto por lo que llegan amenazando que nos van a levantar, que nos van a ubicar, que van a balacear Casa Amiga ó nos envían amenazas directas con nuestros nombres y extorsiones telefónicas», añadió Irma Casas.
Agregó que el único apoyo que tienen es el de las otras organizaciones de la sociedad civil (OSC), «de la autoridad, sólo tenemos un botón de pánico que se activa y no vienen. Han venido en dos ocasiones, después de tres horas en una, y en la siguiente después de que habíamos cerrado».
Casa Amiga labora de 9 de la mañana a 5 de la tarde, y cuenta con una línea de crisis de 24 horas, es decir prestan servicio día y noche, en una Ciudad «donde no se nos da ninguna garantía», enfatizó Irma Casas.
En este punto coincide con Almendra Robles Rosales y Elia Orrantia Cárdenas, directora y coordinadora administrativa del refugio para mujeres en situación de riesgo por violencia extrema «Sin violencia», de Ciudad Juárez, Chihuahua, quienes aseguran que a pesar del miedo no cesarán en su apoyo a las mujeres.
En entrevista, las activistas refirieron que en la entidad fronteriza ha aumentado el riesgo y los ataques contra las defensoras de DH, tal es el caso del ataque a sus instalaciones el 9 de junio de 2010.
En esa ocasión, con el pretexto de buscar a una menor de edad, 14 policías, seis de ellos con armas de alto poder, comandados por Román García, funcionario del poder judicial, amenazaron a las activistas encargadas del refugio e ingresaron a la casa.
La entrada de los elementos armados rompió la confidencialidad del lugar y puso en peligro a las mujeres allí cobijadas, exponiéndolas a futuras represalias. Sin embargo, hasta el momento ni las autoridades municipales, ni las estatales han hecho nada para reubicar el refugio como lo solicitaron las activistas.
Almendra Robles Rosales y Elia Orrantia Cárdenas, aseguraron que a raíz del ataque que sufrieron, no fueron las autoridades quienes las protegieron, sino las OSC, en particular las de mujeres no sólo del estado, sino de la república mexicana quienes les mostraron su incondicional apoyo y eso ha detenido un poco el acoso.
«Cuando traen una notificación, o cualquier asunto que tenga que ver con autoridades, ya nos tratan con más cautela, «saben que estamos protegidas», que las redes de mujeres no nos van a dejar solas y que se meterían en un gran problema si continúan acosándonos, afirmaron las entrevistadas.
10/GTR/LR
