En este ciclo escolar se inicia la obligatoriedad del preescolar. Nuevamente se aprueba una modificación de Ley sin tomar en cuenta las condiciones de la política pública y las de género.
Es cierto, como ya se ha expuesto en otros artículos, que la edad de las niñas y niños de preescolar es el momento ideal porque justo en él el aprendizaje fructifica, no en balde nuestras abuelas decían, «son como esponjitas» todo aquello que les presenta la vida es objeto de aprender y aprehender. Además de que en la medida que el ingresar a la escuela representa en su imaginario un cambio en su condición de infantes, «ya son grandes», hay la motivación para iniciar esa nueva etapa de la vida.
Esta justificación es en sí válida, el problema es que no existen las condiciones de infraestructura humana, física (escuelas, mobiliario etc.) y sobre todo un cambio en la concepción que se tiene de la docencia.
Durante muchos años se ha considerado que el simple hecho de ser mujer dota de las habilidades necesarias para la educación de las pequeñas personitas de preescolar. Investigaciones hablan de la «vocación» de las maestras, deteriorando o desvalorizando los esfuerzos de las mujeres que estudian para convertirse en profesionistas de la educación preescolar.
No hablo de los maestros porque justamente por los estereotipos y roles tradicionales, se ha excluido y estigmatizado a todo aquel hombre que quiere dedicarse como docente en este nivel educativo.
El problema es ¿cómo hará el gobierno para cubrir las necesidades de infraestructura para hacer obligatoria esta educación?
Varios pueden ser los escenarios:
Abrir más espacios en las escuelas de formación de educadoras, para aumentar la matrícula.
Instaurar un examen de competencias para aquellas personas que consideren tener las habilidades para ser docentes.
Otorgar la incorporación a las escuelas particulares, que imparten este nivel.
Establecer grupos multigrados.
Capacitar a la actual plantilla de docentes de preescolar.
Cada uno de ellos requiere de una amplia reflexión:
Abrir más espacios en las escuelas de formación de educadoras, para aumentar la matrícula. Es una necesidad por la correlación negativa entre el número de docentes y estudiantes. No obstante, ésta sería una solución que ataca la forma pero no el fondo. Para ello sería necesario una modificación profunda de los planes y programas de estudio de las escuelas que forman a las y los profesionistas de este nivel. Hacer de tres niveles del sistema uno sólo, preescolar, primaria y secundaria se convierten ahora por decreto en educación básica; cuando no existe relación, coherencia, consistencia y continuidad entre los tres niveles, es necesaria una reforma estructural del sistema educativo, en el cual se incluyen las normales y las universidades que forman a las y los docentes.
La supuesta continuidad del sistema ha dado mucho que desear, a tal grado que las y los estudiantes de primaria tienen que presentar exámenes de admisión para pasar al nivel de secundaria, de esta manera se evalúa a las y los estudiantes y el sistema se reprueba, en la medida que el examen es un filtro porque no existen los espacios suficientes para que, quienes egresan se incorporen al siguiente nivel. Es conocido que quienes se ven más afectadas por estas políticas son las mujeres, ya que ante diversas presiones sociales, económicas y culturales o no presentan los exámenes de admisión o se enfrentan a una lucha en condiciones de desigualdad para acceder a la secundaria por el tipo de exámenes de admisión que se aplican. ¿Qué pasará entonces con quienes egresen de preescolar? ¿Tendrán que hacer un examen para pasar a la primaria?.
Por otro lado, sería necesario instaurar la educación básica después de que se formen a las y los docentes en esta nueva concepción de estructura del nivel. Así como las leyes y normas no son retroactivas, las políticas públicas tienen que ser previsoras y preactivas ante los cambios.
Instaurar un examen de competencias para aquellas personas que consideren tener las habilidades para ser docentes. Es necesario terminar con el mito de que las supuestas habilidades de la maternidad y el maternazgo son generalizables para convertirse en docentes de educación preescolar. Ser docente es ser profesional, ser docente es responsabilizarse del desarrollo y futuro de las personas y yendo más lejos del país. Para llegar a ser docente requiere de años de aprendizaje y esfuerzo en diferentes áreas del conocimiento. Ser docente es considerar que cualquier persona independientemente de su sexo tiene las mismas posibilidades intelectuales y creativas, ello requiere de estar consciente de la propia condición de género y de las diferencias del otro género, pero ante todo que estas diferencias no representan valores diferentes. Si este escenario se llevara a cabo, la devaluación de una profesión no tendría parámetros y sí resultados nefastos.
Otorgar la incorporación a las escuelas particulares, que imparten este nivel. Abre las puertas a la privatización de la educación y olvidar la esencia de la gratuidad de la educación consagrada en la Constitución. No hay que olvidar que pocas son las personas que pueden pagar una colegiatura y por otro lado que la mayor parte de las escuelas particulares de éste nivel resultan ser de las llamadas «patito».
Establecer grupos multigrados. Aún cuando en ocasiones resulta ser muy adecuado, cuando existe el entrenamiento y la formación de la o el docente en el manejo de grupos heterogéneos en edad en un mismo salón bajo los principios de la diversidad y la corresponsabilidad de las y los estudiantes permite que se desenvuelvan como enseñantes y aprendices de sus propias(os) compañeras(os).
En este caso caben las siguientes preguntas: ¿en qué nivel de la escala sería el grupo multigrado, en preescolar un en primer año de primaria? ¿Se contempla la capacitación en los planes y programas de estudio de la formación para la docencia en preescolar?.
Los grupos multigrado resultan más efectivos en los niveles más avanzados del sistema. La edad mental de las niñas y niños de preescolar requiere de una atención directa, no hay que olvidar que las condiciones de niñas y niños previo a su entrada al sistema formal de educación son diferenciales.
Estas diferencias obedecen a las condiciones particulares de vida de las personas, aun durante los años posteriores de educación no toda la población estudiantil cuenta con la misma infraestructura física, cultural y económica para los procesos de aprendizaje escolar. Una niña o niño que pasa del núcleo familiar a su primer contacto con lo social requiere de más dedicación y tiempo por parte de sus maestras(os).
Capacitar a la actual plantilla de docentes de preescolar. Independientemente que se optará por el escenario anterior, es urgente y necesaria una capacitación y actualización del personal docente de preescolar en ejercicio; informes del Instituto Nacional de Evaluación Educativa del 2003, hechos a partir de datos de la Coordinación Nacional de la Carrera Magisterial, muestran que el porcentaje de docentes de preescolar que cumplen con el estándar de escolaridad en México es de 47.6% , en otras palabras poco más de la mitad no lo hace. Asimismo el promedio de años de experiencia de estas docentes es de 14.4 años . De ahí entonces que es necesario un cambio radical con respecto a la formación y actualización del magisterio.
Mientras no exista relación entre las modificaciones o iniciativas de ley con la realidad nacional lo que se propicia es ahondar en las problemáticas que indiscutiblemente afecta las relaciones de género.
*Investigadora Del Centro de Estudios sobre la Universidad UNAM y Maestra de la Facultad de Psicología UNAM
2004/GDB/LR/
