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¡No a la Derecha!

Por Sara Lovera López

Una multitud de argumentos partidarios y no partidarios, a tres semanas de las elecciones, surgen para desear que llegue a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, el menos malo. Es decir un hombre que puede conducir al país por mejores senderos que el que encabeza Vicente Fox, inundado de aspectos negativos.

Una razón fundamental para las mujeres es que no llegue Felipe Calderón, no por ser panista o el favorito del actual jefe del Ejecutivo, porque no se trataría de 3 años más de Acción Nacional, ni siquiera podría temerse a que fuera tan errático como Fox, sino porque Calderón Hinojosa entraña hoy a la extrema derecha. Y eso significará un gobierno no sólo conservador, sino represivo.

La derecha extrema ha amasado, durante casi 140 años, un odio profundo a la gente de México: a los obreros, campesinos e indígenas. Su odio es tan profundo que rechaza a toda persona medianamente progresista, progresista o luchadora social.

Desprecia profundamente los derechos laborales, sociales o de las mujeres. Considera legítimo combatir esos derechos. En manos de la extrema derecha nos esperarían escenarios fatídicos.

Estaría en riesgo la educación laica, los derechos mínimos a las libertades más esenciales, como la de expresión, libre tránsito y autonomía sobre las preferencias sexuales.

Estaría en riesgo una política de población, que si no ha sido lo libre y avanzada que deseáramos las mujeres, ha sido relativamente estable.

Podría estar en riesgo el uso de anticonceptivos y la tímida e incompleta educación sexual. Podrían desaparecer de los libros de texto nuestra historia y pasajes fundamentales de la construcción de la república.Para las mujeres sería una debacle total. ¿Qué podríamos esperar? Con los gobiernos corruptos del PRI, sabemos, nos fue muy mal.

El saqueo produjo que miles de mujeres pierdan la vida en el acto más simple de ésta: el parto. La muerte materna, evitable, por falta de recursos, fue creciendo peligrosamente, al grado de no detener la muerte de más de 3 mil mujeres anualmente en los últimos 20 años; el aborto clandestino, por falta de mecanismos para respetar el aborto legal, ha conducido a miles de mujeres a la muerte. Y eso se lo debemos a los priístas. Pero en estos 6 años, ese grave problema se profundizó.

Y qué decir de la ola de homicidios contra las mujeres. El feminicidio cuyas cortinas apenas han sido corridas para mirar el horror, es desdeñado alegremente por políticos de toda clase, incluso por aquellos que dicen ser de cepa democrática y que han intentado la revolución ciudadana, pero con Fox, se ha llegado al colmo de una total indiferencia.

Hace poco más de un año, las diputadas federales intentaron verlo, para explicarle el problema. Todavía esperan audiencia.

Felipe Calderón seguramente prefiere apoyar a Provida que atender este flagelo; piensa como piensa el secretario de Gobernación, quien sugirió que las mujeres dejen de trabajar fuera de casa y se dediquen exclusivamente al cuidado de sus hijos o sus maridos. Sin comprender porqué estamos en la economía; sin preguntarse qué tiene que ver esto con un sistema económico que prohíja la desigualdad, la opresión y la discriminación.

Provienen de la clase millonaria. No soportan ni la imagen, ni los olores, ni la situación de los pobres. Hablan de un país desconocido, en el cual no existen esos problemas. Se felicitan de las intenciones discursivas del presidente Bush, y son incapaces de llamar a los mexicanos para evitar la construcción del muro fronterizo. Siguen pensando, como los porfiristas –ellos si el pasado- y consideran que el mejor indio posible, es el indio muerto.

No creo que López Obrador actuaría comprometidamente en los asuntos de las mujeres. Estoy segura que le importa poco, pero durante su gobierno en el Distrito Federal, respetó la aplicación de la conocida como ley Robles y no se opuso a aplicar un mecanismo eficaz para atender el aborto legal.

Y aunque la Procuraduría del Distrito Federal niega la existencia del feminicidio en la capital, con más de 740 asesinatos en los últimos 5 años, sin embargo, Alejandro Encinas, admitió firmar un convenio de seguimiento para esclarecer causas y atender el problema, que claro en 5 o 6 meses es nada.

Pero mostró al final, con un estudio responsable que hizo la Cámara de Diputados, atender las propuestas y poner en marcha algunas políticas que detengan los crímenes contra las mujeres.

El punto de vista de López Obrador sobre la pobreza, su actitud condolida, permitió apoyar con becas a los hijos de madres solteras; desparecieron las racias de prostitutas y no reprimió las manifestaciones públicas de demandantes.

Los gobiernos panistas y priístas de Baja California, Oaxaca, Estado de México o Veracruz, donde los datos son contundentes, simplemente se defendieron, atribuyendo la violencia contra las mujeres a cuestiones pasionales o del crimen organizado, sin voluntad alguna para comprender la cultura misógina.

La derecha radical tiene una clara idea de lo que son las mujeres, disminuidas y aleatorias en la vida nacional. Lo grave es que las responsabilizan totalmente de la familia, no comprenden sus demandas y menos sus derechos ciudadanos, sexuales y reproductivos, humanos y a una vida sin violencia.

A lo ideológico «yunquero»que es grave, se sumará la visión económica y la corrupción de la derecha radical hoy personificada en Felipe Calderón, quien pretende manipular a un pueblo que no conoce.

López Obrador tendría que escucharnos, muchas personas, mujeres y hombres, que lo rodean entienden perfectamente la condición social de las mujeres y podrían ser aliados indiscutible para frenar la violación a los derechos humanos de las mujeres y alentar algunas políticas avanzadas en materia de justicia, derechos sexuales y reproductivos y atención a añejos problemas como la educación misógina y la misoginia de los medios de comunicación masiva.

Pero sobre todo, no habrá represión ni violencia institucional como la que nos espera con el PAN. Pensar el voto en estas semanas, pensar en defenderlo y promoverlo pensando en nosotras las mujeres, nos permitiría pensar en un futuro más amable.

06/SL/LR

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