Inicio No hay certeza de cuántos nacen o mueren en Campur, Guatemala

No hay certeza de cuántos nacen o mueren en Campur, Guatemala

Por Claudia Palma*

Un informe del Proyecto por la Promoción de los Derechos del Trabajo Informal (PILAR, por sus siglas en inglés), destaca que desde hace 30 años se carece de estadísticas de empleo, concluye que no existe una sistematización de los datos ni periodicidad para recolectarlos y tampoco hay una coordinación entre instituciones públicas. «Esto tendrá un fuerte e inevitable costo en la formulación, implementación y evaluación de políticas públicas», advierten.

Aunque se intentó contactar a Marciano Castillo, director del INE, el funcionario nunca atendió las llamadas. Desde hace dos años Guatemala carece de estadísticas vitales actualizadas: «A la mayoría de los niños los registran un año después de nacer, cuando se han ‘logrado’ como dicen aquí.

Si mueren antes nunca existen en papeles», comenta Carlos Coc, auxiliar de enfermería en Campur, mientras repasa el inventario de medicamentos. Ya no hay multivitaminas para niños ni salbutamol para los asmáticos, tampoco equipo para caterización intravenosa para aplicar sueros.

No hay certeza de cuántos nacen o mueren en esta zona. La ausencia de estas cifras no permite proyecciones fiables en cobertura en salud y educación, explican Myrna Montenegro y Myrna Ponce del Observatorio de Salud Reproductiva.

A pesar de la poca confiabilidad de los registros, Nancy Azurdia, encargada del Centro de Salud de Carchá se aventuró a hacer un cálculo de 420 niños huérfanos que han dejado 84 madres que murieron durante o después del parto en los últimos 8 años en ese municipio. Ello si se estima que cada madre tiene un promedio de 5 hijos. Pero, «no tenemos una forma exacta de saberlo», lamenta.

La Ley de Desarrollo Social en su Artículo 117 dice que el INE debe recolectar y publicar las estadísticas vitales durante los primeros diez días de noviembre de cada año. La función está a cargo del Registro Nacional de Personas (Renap), que aún no coordina con todas la municipalidades ni hospitales.

A 110 KILÓMETROS DE SOBREVIVIR

En medio de un calor húmedo, en el otro extremo del mapa de Alta Verapaz, en Cahabón, las enfermeras se las ingenian para confeccionar sábanas con piezas que compran en la paca. Es más de lo mismo que en Campur.

«De puesto de atención de 24 horas, sólo tenemos el nombre», dice el director Byron Montoya, quien no ha recibido paga desde hace 4 meses al igual que muchos médicos contratados por Salud en esa zona. Él es ginecólogo, pediatra y traumatólogo en el CAP del lugar.

Son los malos caminos, la topografía, las barreras del idioma y el lento sistema al identificar casos de alto riesgo las causas de mortalidad materna. Aunque en los últimos tres decesos registrados la palabra del curandero de la comunidad influyó en la negativa de trasladar a las pacientes a un hospital.

O los mismos familiares se oponen como ocurrió hace un año con Candelaria Tiu Caal. Murió en la pequeña sala de emergencias del Puesto de Salud, atonía uterina y hemorragia vaginal fueron las causas de su muerte. Cuando la familia permitió trasladarla, murió, tenía 16 años. Su único hijo que sobrevivió está al cuidado de su abuela de 35 años.

En el país cada, 8 minutos una adolescente es madre, dice Romeo Menéndez, quien representa a Latinoamérica en el Comité Mundial de Maternidad Segura. Los embarazos de mujeres menores de 19 años representan el 20 por ciento del total de nacimientos diarios que anualmente suman cerca de 400 mil partos en el país, agrega.

El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) documenta un estudio sobre el derecho a la salud y la educación en conjunto con el Centro para los Derechos Económicos y Sociales con sedes en España y Nueva York que presentará en junio.

El borrador narra el caso de una mujer en Senahú que viajó entre el 27 y el 28 de diciembre de 2007 más de 18 horas en un camión por caminos de terracería. Estuvo a 110 kilómetros de sobrevivir después del largo recorrido entre su comunidad, el hospital de La Tinta y finalmente el regional de Cobán al que nunca llegó.

Las estadísticas en mortalidad materna, dice Menéndez, son tan pobres que sólo nos colocan por delante de Haití, pero las estadísticas a fin de cuentas mienten.

* Periodista guatemalteca de El Periódico e integrante de la Red Internacional de periodistas con visión de género

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