En momentos en que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) vive un proceso de reforma en el que, según especialistas, se tiende a su «privatización» y a la desaparición de la seguridad social, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) puso de nuevo en la mira a la institución al denunciar que debido a negligencia médica, cada vez más mujeres y sus hijos mueren por motivos relacionados a la maternidad en esas instalaciones.
Este fin de semana, la CNDH emitió la recomendación 52/2004, dirigida al director del IMSS, Santiago Levy, por el caso de Gabriela Hernández Alcántara, quien al ser atendida de parto en el Hospital de Ginecobstetricia con Unidad de Medicina Familiar número 13, en Azcapotzalco, Distrito Federal, fue víctima de una «mala valoración» e «inadecuada» atención médica, que provocó la muerte de su hija recién nacida.
La recomendación se suma a la señal de alerta que lanzó el propio presidente de la CNDH, José Luis Soberanes, en junio pasado cuando al comparecer ante la Comisión de Salud del Senado advirtió sobre el aumento «escandaloso» del número de quejas por casos de negligencia médica en el IMSS, que provocaron la muerte de mujeres durante el parto.
Al mismo tiempo, el ombudsman lamentó la falta de respuesta y sensibilidad de Santiago Levy a las recomendaciones emitidas contra el IMSS por esos casos de negligencia. Hasta la fecha, el director del instituto no ha comparecido ante el Senado para explicar la situación.
Según cifras oficiales, la tasa de mortalidad materna en México es de 6.2 por cada 10 mil nacidos vivos. Aunque la Secretaría de Salud (SS) informa que el índice de mortalidad se ha reducido en 15 por ciento en los tres años recientes, grupos civiles de mujeres como Salud Integral para la Mujer (Sipam), y especialistas en el tema dan cifras alarmantes de decesos maternos.
Apuntan que hasta 12 mujeres mueren al día por complicaciones durante el embarazo, parto y posparto. Recalcan que todas esas muertes son totalmente prevenibles con una eficiente atención médica.
Sipam ha señalado que el incremento de la mortalidad materna en unidades del IMSS, es indicador de la falta de capacidad resolutiva del sistema de salud para atender embarazos de alto riesgo y emergencias ginecológicas.
Además, la activista estima que existe un subregistro de mortalidad materna de hasta 40 por ciento, ya que muchos decesos ocurren en zonas marginadas e indígenas donde su registro se dificulta o simplemente no existe.
En su recomendación 52/2004, la CNDH explicó que Gabriela Hernández recibió de parte del IMSS «deficiente atención médica» del 18 al 21 de marzo pasado. «Una mala valoración, retraso en la atención e inadecuada vigilancia del trabajo de parto», provocaron que su hija recién nacida sufriera daños que le ocasionaron asfixia y depresión respiratoria que le causaron la muerte.
Para la CNDH, el IMSS dejó de observar criterios y procedimientos establecidos en la Norma Oficial Mexicana 007-SSA-1993, relativa a la atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio.
Ante esa situación, la comisión solicitó a Santiago Levy que indemnice en términos de ley a la agraviada, y notifique al órgano interno de la Secretaría de la Función Pública en el IMSS, para que se inicie un procedimiento administrativo en contra de los médicos que participaron en los hechos.
Entre el cúmulo de recomendaciones elaboradas por la CNDH en materia de mortalidad materna, destaca la del pasado 4 de abril cuando Soberanes solicitó a Francisco Higuera, director del Hospital General, dependiente de la SS, una indemnización a los familiares de Virginia Santiago, quien falleció el 22 de junio de 2003, por una hemorragia posparto.
Higuera rechazó la recomendación del ombudsman con el argumento de que el caso le compete a la Comisión Nacional de Arbitraje Médico.
2004/RM/LR
