Estela Ruiz González, integrante de la Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas 1 de Agosto (Como), recibió un reconocimiento «por su fuerza, energía y luz para encontrar la justicia y la dignidad en Oaxaca».
Durante la presentación de la memoria del Encuentro Mujeres en Resistencia (celebrado aquí en abril pasado), Estela Ruiz González refrendó ser una mujer en resistencia, al igual que otras muchas mujeres que siguen en pie de lucha a pesar del hostigamiento que continúa afectando a las oaxaqueñas que piensan diferente al gobierno.
Tras recibir el reconocimiento entregado por diferentes colectivos de mujeres, entre ellos Mujer Nueva, Como y Huaxyacac, Estela pidió a las oaxaqueñas «no rajarse, no retroceder, no claudicar en la lucha por una sociedad justa».
Estela Ruiz sostuvo que después de un año «el cáncer no me ha vencido, menos aún me vencerá Ulises Ruiz, cuando muera voy a morir con al frente en alto» y recalcó su postura contra la represión y el hostigamiento contra mujeres que participan en la Como e integrantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), como sucedió recientemente contra Nancy Mota Figueroa.
Estela Ruiz González participó en la Marcha de las Cacerolas el 1 de agosto de 2006, que concluyó en la toma de las instalaciones del Canal 9, desde donde «buscábamos enseñarle al gobierno cómo se dice la verdad», cuenta en una narración que fue leída por la doctora María de los Ángeles Romero.
Ana María Hernández, del Colectivo Huaxyacac, presentó la Memoria del Encuentro Mujeres en Resistencia y el video Curadas de Espanto, derivado del mismo Encuentro donde participaron mujeres de 10 entidades del país y siete del continente Americano, quienes en ejercicio de los derechos humanos hacen valer su contribución en las luchas de resistencia y consolidan alianzas entre mujeres.
MUJERES EN RESISTENCIA
En el acto, realizado en el patio del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, hubo testimonios de «nuevas» mujeres en resistencia, como son las mujeres triquis, y la violencia y hostigamiento que siguen padeciendo las mujeres de la Como y de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
Nancy Mota presentó el testimonio de la agresión sufrida el pasado 2 de diciembre, cuando por más de 30 minutos fue secuestrada y torturada por elementos de un «grupo paramilitar», quienes la golpearon y amenazaron para que brindara información sobre los dirigentes del movimiento popular de Oaxaca.
«Soy una mujer en resistencia y voy a seguir luchando», apuntó Nancy, integrante de la Como, al añadir que fue amenazada con una pistola por estos «individuos de rostro cubierto» de que la próxima vez «habrá mujeres violadas» para que las pueda defender.
En tanto, Emelia Ortiz García, indígena triqui, explicó la condición de las mujeres de esa etnia que desde la década de los 80 han tolerado esta ola de violencia, soportando intimidaciones, desapariciones forzadas, violaciones, emboscadas, hay muchas viudas, niños y niñas huérfanas y daños materiales como incendios a casas y despojos.
Se refirió a los ataques registrados desde 2006 donde, apuntó, hay dos denuncias de violaciones a mujeres, «pero hay más, quienes por miedo no quieren denunciar», las mujeres triquis «nos hemos convertido en botín de guerra de la lucha entre grupos políticos antagónicos, mientras las autoridades no han hecho nada para detener esta violencia.
Emelia dijo que en el caso de Daniela y Virginia Ortiz Ramírez, desaparecidas desde el 5 de julio pasado, no pierden la esperanza y pidió a la sociedad entera a volver los ojos y sus voces para detener la violencia de género.
LAS MUJERES
La investigadora y feminista Martha Castañeda Pérez recordó que el Encuentro Mujeres en Resistencia México, Centro y Sudamérica demostró que mujeres de los movimientos sociales pudimos reunirnos y coincidir, pudimos inspirar juntas y oponemos con fuerza a los poderes que quieren someternos y callar nuestras voces.
No tengo la menor duda de que las mujeres somos hoy quienes llevamos la batuta en la lucha por la justicia. Por nuestra historia sabemos perfectamente lo que es tener responsabilidades y somos muy sensibles para detectar las formas más sutiles de abuso y de exclusión.
Las mujeres hacemos política para exigir nuestros derechos y ganarle terreno a la injusticia y a la corrupción. Y hacemos política en todos lados: en nuestros hogares, centros de trabajo, organizaciones y en los diferentes ámbitos de representación de nuestra sociedad, concluyó la integrante del Colectivo Huaxyacac.
CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA
Por otra parte, la Red Oaxaqueña de Derechos Humanos se pronunció por el rechazo a la Violencia y a la Criminalización de la protesta social que se genera con la judicialización de los conflictos sociales y la renuncia al diálogo y la política por parte de los gobiernos federal y estatal, durante un acto en el que presentaron su VII Informe.
El documento de la Red, integrada por cinco organizaciones defensoras de los derechos humanos, señala que Oaxaca es una entidad que ha dado la vuelta al mundo por las graves violaciones a derechos humanos cometidas, por la gran cantidad de gente encarcelada por participar en la protesta social, por los muertos que ha dejado el movimiento social.
El organismo, coordinado por Nora Martínez Lázaro, sostiene que es preocupante el cauce que puede seguir un conflicto no resuelto y señala que la criminalización de la protesta social es una forma de control por parte del Estado, además de cuestionar las deficiencias en la procuración de justicia en Oaxaca.
07/SJE/GG/CV
