Más de cien organizaciones de la sociedad civil refrendaron el «código laico» propuesto por el Frente por el Fortalecimiento de la Cultura Laica, que defiende la separación del Estado-Iglesia y la igualdad de las iglesias ante la ley.
El código considera que la democracia requiere que el Estado y la educación sean laicos, para la coexistencia civilizada y pacífica dentro de la diversidad y el pluralismo.
El documento indica que es inadmisible el uso de argumentos y símbolos religiosos para sacar ventaja en el terreno político, y estima que las posiciones antidogmáticas y tolerantes garantizan su existencia dentro de la democracia.
El frente insiste en que ningún dogma, aunque fuera creencia de la totalidad de los ciudadanos, puede imponerse en una democracia como decisión política.
Establece también que conforme con nuestra Constitución Política, el Estado debe promover los valores de libertad, solidaridad, tolerancia, respeto e igualdad.
La propuesta del frente considera inaceptable utilizar políticamente lo religioso o viceversa. Recomienda también el fomento de la convivencia de creencias y religiones diversas, y reconoce los derechos de las minorías así como de sus creencias.
El «código laico» pondera que la libertad de pensamiento es un derecho opuesto a la imposición de un modo determinado de comprender cualquier problema, y defiende el derecho a disentir como consecuencia del pluralismo.
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