El jefe de la Policía Nacional de República Dominicana, Jaime Marte Martínez, ordenó a los agentes de esa corporación cumplir su obligación y atender a las mujeres víctimas de cualquier tipo de violencia.
La medida fue tomada mientras continúa sin esclarecerse la muerte de siete mujeres en los primeros 12 días de 2003. Durante 2002, 131 mujeres perdieron la vida en el marco de la creciente ola de violencia contra el sexo femenino que mantiene a la expectativa a la población dominicana.
En un memorando enviado a todos los departamentos de policía y direcciones regionales ubicadas en el país, Marte Martínez ordenó a las fuerzas del orden actuar «inmediatamente y sin contemplaciones» cuando se presenten mujeres para denunciar algún tipo de violencia en su contra y les advirtió que serán severamente castigados de no actuar de forma adecuada.
CANCELARÁN NOMBRAMIENTOS
«Al personal que actúe con negligencia o apatía en estos casos o que no haga nada para proteger de forma adecuada a las mujeres maltratadas, se le aplicarán las drásticas medidas contempladas en los reglamentos internos, incluyendo la cancelación del nombramiento si fuere oficial o la separación por mala conducta cuando se tratare de alistados», señala el documento.
Agregó que se deben adoptar todas las medidas necesarias para que los y las policías atiendan, con carácter de urgencia, las denuncias por agresión de cualquier naturaleza contra una mujer.
«No se tolerarán debilidades, complacencias, ni favoritismos en perjuicio de la niñez, la adolescencia, los ancianos, discapacitados o cualquier otro ser humano que por sus vulnerabilidades sea objeto de atropello o abuso», agregó el escrito.
El aumento de la violencia contra las mujeres se ha incrementado principalmente en el ámbito familiar, ya que en la mayoría de los casos son asesinadas por sus esposos o compañeros sentimentales. La cifra de mujeres asesinadas en 2002, 131, es superior en 27 casos al numero registrado durante 2001.
Un estudio auspiciado por la Asociación Pro-bienestar de la Familia (Profamilia) indica que alrededor del 60 por ciento de los casos de asesinatos de 2002 la justicia tenía antecedentes de violencia antes de que el asesinato ocurriera, pero hubo negligencia por parte de las autoridades.
De la misma forma, la desidia policial estuvo latente. Cuando las mujeres presentaban querellas, los policías usaron expresiones como «es un pleito entre marido y mujer», «que era tarde y que en la mañana darían la vuelta» o que no tenían vehículo para llegar hasta la casa. En los casos que asistieron ya era tarde.
El estudio de Profamilia destaca el desorden con que se manejan los expedientes en los distritos judiciales, debido a que no hay coincidencias de casos en las diversas fuentes judiciales, como el Departamento contra Homicidios de la Policía, la Fiscalía, los juzgados de Instrucción y en Medicina Legal.
* Peterson González es integrante de la Red Dominicana de Periodistas.
PGR/MEL/RGR
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