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Orejas grandes, riñones fuertes, flexibilidad y buena suerte en la vida

Por la Redacción

Siguiendo la observación de tu «yo soy» desde las orejas hablaremos en esta entrega de tres espacios importantes: el promontorio localizado debajo de la parte superior –relacionado con sistema nervioso–, el centro –relacionado con sistema digestivo– y el lóbulo de la oreja.

El primero es una elevación que, según la diagnosis oriental aplicada por Wataru Ohashi (Como leer el cuerpo, 1995), cuando está bien desarrollada puede revelar un sistema nervioso fuerte y una mente aguda con buena capacidad para estudiar y aprender, si tiene una elevación que pasa por en medio en ángulo dentro del tercio superior de la oreja es posible que el intelecto este más desarrollado. Características: alguien que no se queda en las apariencias –es perspicaz y analiza profundamente las cosas—, con un temperamento frío y excesivamente crítico, para un crecimiento más equilibrado requiere desarrollar flexibilidad y tolerancia.

En el centro de la oreja se encuentra otra prominencia, una cadena elevada que va desde el borde hasta el conducto auditivo que, para Ohashi, indica la fuerza del sistema digestivo. Cuando la elevación es baja puede revelar intestinos débiles, si está bien desarrollada los intestinos serán fuertes. La persona tendrá capacidad de digerir la vida, experimentar y comprender.

El tamaño de la oreja y del óvulo está directamente relacionado con los riñones: Si son grandes indicará que hay riñones fuertes –fuente de nutrición para el sistema reproductor, alimentando la energía de los órganos sexuales y el sistema óseo—, que hay una actitud de «comprensión de la vida» –flexibilidad– y buena suerte. Quienes no tienen lóbulo o está pegado tendrán «una visión más estrecha de la vida», si es pequeño la persona tendrá muchos altibajos emocionales con dificultad para entender a los demás, «experimentará muchas sorpresas en su relación con los demás» (Ohashi, 1995).

Un médico oriental tomará en cuenta estas características para realizar el diagnóstico del estado de salud de una persona, sobre todo para leer que está pasando en los riñones –encargados de purificar la sangre y almacén del miedo y la gentileza–, sobre ellos se encuentran las glándulas suprarrenales productoras de adrenalina, hormona responsable en el ser humano de la reacción instantánea ante una crisis.

Para Ohashi las personas con una energía debilitada en los riñones tienen dificultad para dormir profundamente, bajo impulso sexual y enfermedades de los huesos –osteoporosis y fracturas–, «son propensas a sufrir accidentes». Al estar relacionados con los oídos, si la energía (ki) no fluye correctamente las consecuencias serán: mala irrigación sanguínea en los oídos, pérdida de audición en las frecuencias altas y, posiblemente, zumbidos.

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*Periodista mexicana
2004/CV/LR

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