Integrantes de diversas organizaciones, que velan por la vigencia de los derechos de las mujeres guatemaltecas, hicieron un llamado a la población para que rompa el silencio que impide que los crímenes sexuales cometidos durante el conflicto armado interno sean llevados a la justicia.
De acuerdo con un comunicado, 10 años han pasado desde que la Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH) presentó el Informe «Memoria del Silencio», que documenta las violaciones a los derechos humanos, entre ellas crímenes sexuales ejecutados por el Ejército y las patrullas de autodefensa civil, masivamente contra mujeres mayas.
El Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos (CALDH), la Asociación de Mujeres Tierra Viva (AMTV), la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG), la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHAG), la Convergencia Nacional Maya Waqib’ Kej y la Asociación Familiares de Detenidos-Desaparecidos de Guatemala (Famdegua), entre otras organizaciones, firmaron el comunicado.
La información señala que la violación sexual fue sistemáticamente utilizada como arma de guerra en el marco de la política contrainsurgente del Ejército y como constitutiva del genocidio y el feminicidio, sin embargo, una cultura de silencio ha rodeado ese tipo de casos.
Pese a la gravedad de dichos delitos, el sistema de justicia no ha podido atender la gran demanda de miles de víctimas y hasta el momento no se ha conocido algún juicio por violencia sexual contra mujeres durante el conflicto armado interno, por lo que es indispensable crear una unidad especial en el Ministerio Público que esclarezca ese tipo de agresiones, añade el boletín.
El reporte enfatiza que el resarcimiento ha sido abordado como una política social, cuando constituye una obligación del Estado de Guatemala y un derecho específico de las víctimas; el Programa Nacional de Resarcimiento (PNR), debe ser la entidad que procure la recuperación de la memoria histórica a nivel local y la sanación para las mujeres.
La construcción de bases justas, dignas y respetuosas para las mujeres se lograrán una vez el Estado asuma sus responsabilidades en el pasado; sin este elemento, la violencia contra las mujeres proliferará, tal y como sucede en la actualidad con las muertes violentas contra la población femenina o con el feminicidio, concluye el documento.
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