Tres académicas del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se hicieron acreedoras del Premio CIDE 2004 en la categoría de Mejor Proyecto de Investigación sobre la Actividad Científica y Tecnológica con el trabajo «Proyecto para fortalecer la política tecnológica y de innovación en México».
Según información publicada en la gaceta de la UNAM el día de hoy, el trabajo de las académicas Rosario Castañón Ibarra, Katya Luna López e Ivette Gómez premiado por el Centro de Investigación y Desarrollo Económicos (CIDE), tiene como objetivo evaluar las políticas tecnológicas y de innovación en México.
A través de estrategias que se aplicarán a empresas de un grupo de países, se pretende encontrar parámetros de comparación respecto a la política nacional en materia de tecnología e innovación para detectar los elementos en que existen las mayores brechas y proponer algunas acciones para reducirlas.
Una vez concluido el estudio se presentará una propuesta a las autoridades correspondientes sobre elementos de política tecnológica y de innovación.
Rosario Castañón y Katya Luna explicaron que por haber ganado el premio en la categoría de mejor proyecto de investigación el CIDE financiará su desarrollo durante un año.
La publicación universitaria informa que Katya Luna también obtuvo el galardón anual del CIDE por la Mejor Tesis de Posgrado Terminada titulada «La gestión de la propiedad intelectual en el Instituto Mexicano del Petróleo».
La economista, quien realizará su doctorado en la misma materia en la UNAM y actualmente participa en el proyecto de inteligencia tecnológica, estudios y familias de patentes para empresa farmacéutica que realiza el CCADET, advirtió que en general, en México hay una baja protección de los desarrollos tecnológicos.
De hecho, afirmó, menos del cuatro por ciento de las patentes otorgadas en el país son solicitadas por mexicanos. Ello, explicó, muestra que hay una gran penetración de tecnologías, productos, procesos y marcas extranjeras que dejan a los connacionales en total desventaja para competir aun en el mercado nacional.
De la misma forma aseguró que la cultura de la protección de los resultados tecnológicos en México es baja, incluso en instituciones de educación superior donde se realiza investigación, y se carece de mecanismos claros de vinculación para salvaguardar en forma legal los productos.
La especialista detalló que en los países latinoamericanos es más difícil integrar la cultura del registro de resultados de investigación; mientras que en algunas naciones, sobre todo desarrolladas, a las y los investigadores que protegen su trabajo se les otorgan incentivos y reconocimientos.
En México, abundó la académica, no hay una normatividad clara que mencione este tipo de estímulos, aunque el artículo 163 de la Ley Federal del Trabajo señala que académicos e investigadores tiene derecho a recibir incentivos si alguno de sus desarrollos logra impacto en el mercado y la UNAM también cuenta con legislación al respecto.
Lo deseable, finalizó la especialista, es que otras instituciones sigan el ejemplo de la Universidad, lo cual será un estímulo para que las y los investigadores, así como las instancias administrativas protejan la propiedad intelectual.
2005/SM
