El principal y más importante obstáculo que tenemos que librar las mujeres mexicanas para alcanzar la igualdad en el ejercicio del poder, en la toma de decisiones, en los mecanismos de representación y las relaciones familiares, es el tipo de gobierno que tenemos, en los tres niveles de la administración pública y en sus poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
Para lograrlo, es necesario atender el llamado del Consenso de Quito, suscrito durante la X Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe en agosto de este año, en el que se exhorta a las legisladoras y legisladores, organizaciones civiles y feministas a iniciar una revisión estructural del funcionamiento de la sociedad.
Esto es, revisar el marco jurídico estructural que se define en el país y que debe abordar los temas de paridad y transversalidad para su conformación, porque la paridad es uno de los propulsores determinantes de la democracia.
«No basta con tener un paliativo, en cuanto alguna norma, en la que se obliga a las mujeres a estar en los espacios de elección popular», dijeron en Ecuador legisladoras y feministas.
Y eso piensa también la presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta Salgado quien, en entrevista con Cimacnoticias, exhorta a sus compañeras «a ir más allá de los porcentajes; para que no sea sólo un asunto de pelear la paridad por las cuotas, sino de pelear realmente los espacios que nos corresponden en todos los ámbitos de la sociedad».
La paridad debe ser una cultura que se genere con las mujeres, explica Zavaleta, que al final «nos pueda permitir, incluso, demostrar que realmente merecemos la paridad y más: 70-30, donde 30 sea para los hombres y 70 para nosotras».
La feminista Angélica de la Peña Gómez no duda de ello, pero está preocupada porque a menos de 40 días del Consenso de Quito, el gobierno mexicano no ha estado presente, de manera puntual, en la discusión de la paridad y la transversalidad, durante el debate de la Reforma Electoral.
Los gobiernos participantes en la Conferencia, incluido México, se comprometieron a tratar ambos temas, pero «no veo condiciones en el país para que verdaderamente aborde ese compromiso», lamenta la también consultora de Unicef.
Recuerda que en Quito también se «acordó que hubiera una corresponsabilidad, a nivel internacional, de las organizaciones de mujeres para empezar a consolidar nuestras alianzas, a fin de que podamos lograr que esos preceptos pasen a las estructuras del Estado mexicano».
Por eso, conmina a las legisladoras «a reivindicarse en sus cargos, como representantes de la sociedad, y dejar de ser sólo acompañantes –a veces a fuerza- de los señores que discuten y acuerdan el marco de las reformas del Estado, en temas como la Reforma Fiscal y la Reforma Electoral».
¿PARIDAD?, AHÍ ESTÁ…
La paridad no está fuera de la Constitución, dicen en entrevista por separado los coordinadores parlamentarios del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados, Héctor Larios Córdova y Javier González Garza, respectivamente.
No, los temas de paridad y género no fueron considerados en la mesa de la Reforma Electoral, en este primer paquete, reconoce por su parte el presidente de la Junta de Coordinación Política de ese órgano legislativo, Héctor Larios, pero es un tema que «se revisará después».
Además, para Larios «ya nuestra legislación previene, por lo menos, que el 30 por ciento de las candidaturas sean ocupadas por personas de diferente género». «La paridad y el género son temas que seguramente seguiremos discutiendo», promete el legislador.
González Garza explica a su manera la ausencia: «Hicimos un planteamiento para que en la propia Constitución apareciera la equidad de género, en términos electorales, pero no aparece en la reforma porque no hubo consenso».
«La decisión del PRD en su Congreso fue 50-50, no tenemos ninguna duda; y pienso que este país no va avanzar mientras no lo reconozcamos. Es una propuesta nuestra para que aparezca constitucionalmente, pero hay otros partidos que no están de acuerdo en ello».
E insiste en que su partido no ha dejado fuera de la Reforma Electoral los temas de género y paridad, toda vez que los aprobó en su congreso para traerlo a la Cámara baja y al Senado, pero no tuvimos consenso.
HAY QUE RECUPERARLOS… DESPUÉS
Paridad y equidad de género son temas ausentes de la Reforma, sentencia el ex consejero del Instituto Federal Electoral (IFE), Jaime Cárdenas, lo mismo que la participación ciudadana y la democracia interna de los partidos.
En una futura Reforma Electoral hay que recuperarlos, propone el investigador universitario, porque esta vez era muy importante el tema de los medios, porque estaba asfixiando la política nacional, la estaba corrompiendo y no estaba generando condiciones de equidad en la competencia, argumenta.
«Qué bueno que se atendió el tema de los medios, próximamente debe atenderse el tema de género y el tema de democracia participativa de nuestro país», dice Cárdenas.
También para Javier Corral, ex senador por el PAN, esos temas se pueden tratar después, en la Reforma al Código de Instituciones y Procedimientos Electorales. Ahí –dice- se puede y debe establecer los mecanismos necesarios de equilibrio en la participación de las mujeres y de los hombres.
Sin embargo, para organizaciones civiles, sindicales, campesinas y feministas, como Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, eran temas prioritarios, no para después, lo mismo las iniciativas de la sociedad civil, respaldadas también por organizaciones campesinas, sindicales y civiles.
Pero las propuestas siguen en pie: Espacio Tripartita (formado por UNT-CONORP-CCN) propuso como prioridad la paridad en la participación política y electoral, que se puede lograr con la reforma y adición a los Artículos 35, 41, 54, 89,116 y 122 de la Carta Magna.
