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Pasos, huellas, significados…

«Ustedes son la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve desabrida, ¿con qué se le puede devolver el sabor? Ya no sirve para nada, sino para echarla a la basura para que la pise la gente. Ustedes son luz para el mundo. No se puede esconder una ciudad edificada sobre un cerro. No se enciende una lámpara para esconderla en un tiesto, sino para ponerla en un candelero a fin que alumbre a todos los de la casa».
(Biblia Latinoamericana. Mateo 5, 13-15)

México, DF, 8 ene 08 (CIMAC).- Hoy es el capítulo final de la serie. Durante estos días, te he compartido mis pasos, los que consideré significativos. Te los compartí y te los comparto de corazón a corazón, con la seguridad de que cuando algo sale desde lo profundo, llega a lo profundo del otro y de la otra también.

Si algo de lo escrito hasta aquí te movió algo, compártelo también. Escríbeme tu comentario a la dirección de esta misma página, la retroalimentación siempre enriquece y compartir tu experiencia también. Gracias por leerme. Gracias a CIMAC por la oportunidad de publicarlo.

Quiero terminar con dos textos que para mí son muy especiales, a manera de conclusión. El primero sobre la espiritualidad, es el testimonio de un alcohólico anónimo en un grupo de AA; el segundo, sobre la huella, es mío. De preferencia, son para leerlos con calma. Va.

LA ESPIRITUALIDAD

Lo espiritual es un despertar. ¿O es como si todos los cabos sueltos se tejieran juntos en un suave tejido?

Es comprensión, ¿o es todo el conocimiento que uno necesita para siempre? Es libertad, si consideras al miedo una esclavitud. Es confianza, ¿o es la creencia de que un Poder Superior cuidará de ti en cada tormenta o temporal?

Es adherirse a los dictados de tu conciencia, ¿o es un anhelo profundo, genuino, vivido, interesarse por la gente y el planeta? Es un penetrante y afilado deseo de sobrevivir.

Es un hombre o una mujer. Es gratitud por todos los acontecimientos del pasado que te trajeron a un momento de justicia. Es la alegría de ser un hombre joven en un mundo joven. ¿Es la concientización o el darse cuenta de la propia capacidad y limitaciones o es una fácil percepción del universo? Es ver un poder místico para el bien, en todos y en cada uno de los seres humanos. Es paciencia frente a la estupidez.

Es sentir que le quieres arrancar la cabeza a alguien y en su lugar darte la vuelta e irte. Es cuando no te queda un solo centavo, y sabes que aún posees algo que el dinero no puede comprar. Es usar ropa de trabajo y sentir como si se tuviera puesto un traje de etiqueta. Es querer ir a casa, a pesar de ya estar ahí.

Es un viaje en un cohete que va más allá de lo que tu vista alcanza. Es mirar a alguien que aparentemente es repugnante, pero que irradia belleza. Es un panorama majestuoso o un niñito. Es ver a una oruga transformarse en mariposa. Es la concientización de que sobrevivir es una batalla salvaje entre tú y tu otro yo. Es el jalón magnético hacia quienes aún están abajo y afuera. Es saber que aún los malos tiempos son buenos.

¡No mires hacia atrás! Aún no has visto nada. Cuando la gente te mire y se pregunte qué te habrá sucedido, tu mirada les contestará: «¡Es que conozco un camino!»

Esa cosa tan singular que es la espiritualidad no se le puede dar a un compañero por medio de las palabras. Si todos los hombres deben de tenerla, entonces todos los hombres deben ganársela a su propio estilo, por su propia mano, marcada con el sello particular de cada uno, dentro de su propio derecho individual».

POLVO DE ESTRELLAS

Mi tierra,
Mi barro,
Lo que me hace ser
Tiene polvo de estrellas.
Cotidiana y eterna
Soy encrucijada
De gritos y silencios
De tantas personas que pasando por mi vida
han dejado en su caminar una huella:
La huella que me ha formado,
La huella de otros en la tierra de mi alma.
Mi huella está llena de cantos, de voces, de susurros…
Está llena de paisajes y senderos recorridos,
De imágenes significativas
De encuentros profundos
De intimidad compartida.
Mi huella…
Espacio también
De miedo, de desencanto
De dolor y de muerte
Donde germina la vida.
Mi huella llena de nubes, de mares Y de secretos
Un día la vi vacía, La vi hueca
Horadando el camino
La tierra mojada.
Y mi huella era negra
Como la tierra espesa
Que acoge cada paso.
Tierra nuestra
Tierra madre
Espacio de comunión.
Y mi huella la vi hueco
Porque todo lo demás
Estaba afuera.
Mi huella era yo y mi silencio
Yo y mi vacío
Yo y mi misterio.
Pero no estaba sola.
Al contacto de la tierra,
En un mismo vibrar,
Sentí palpitar mi huella
Con el universo entero, con la energía que permea
Cada punto de luz
En la infinidad del cosmos
Con la energía
Que se renueva
A sí misma.
Y abajo, detrás, dentro
Estaba el absoluto.

A todos los que con su mano extendida han hecho más significativo este caminar, gracias. Y a Jesucristo vivo el barro de mi cántaro.

* Autobiografía de una mujer en su búsqueda por una vida libre de violencia.

07/C/GG

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