Aunque la anticoncepción de emergencia contribuiría a promover el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, barreras legales y políticas impiden el acceso a este método que previene embarazos no deseados.
La Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC), advirtió que el desconocimiento sobre la anticoncepción, así como la incapacidad de los servicios de salud y de los profesionales del área para aplicar ese método a tiempo, impiden a la población femenina de la región utilizar este recurso en especial en casos de violación.
Para las mujeres que tienen relaciones sexuales desprotegidas, la anticoncepción de emergencia representa un método que les permite tomar una decisión responsable con un fin preventivo, afirmó.
Si bien es cierto que un número abrumador de mujeres desconoce totalmente la anticoncepción de emergencia, más grave es que los propios profesionales de la salud se resistan a recomendarla, tanto por temor a la situación legal en sus respectivos países como por sus propias objeciones que derivan sobre todo de la desinformación.
La red precisó que las usuarias potenciales de la anticoncepción son aquellas mujeres que han tenido relaciones sexuales sin utilizar ningún método anticonceptivo, y que sin embargo desean prevenir el embarazo.
También se puede recurrir a la anticoncepción cuando falle el método utilizado para prevenir embarazos, ya sea por rotura del condón, confusión con el método del ritmo o por olvidar ingerir el anticonceptivo hormonal.
Más aún, la red recomendó la anticoncepción de emergencia a las mujeres que han sido objeto de violencia sexual, o sea que han sido obligadas por la fuerza y/o la coerción a sostener relaciones sexuales.
La RSMLAC estimó que es muy alto el número de mujeres que en algún momento de sus vidas requieren un anticonceptivo postcoital.
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