La antropóloga feminista Marcela Lagarde exigió hoy al Estado y a la sociedad mexicanos que asuman funciones públicas e institucionales para eliminar la «sobrecarga vital» y de trabajo que acarrea la maternidad a la mayoría de las mujeres.
La académica y candidata a diputada federal por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) propuso que se «maternice» a la sociedad y se «desmaternice» a la población femenina, durante un desayuno que organizó ese instituto político a militantes y simpatizantes por el Día de las Madres.
Al evento acudió la presidenta nacional de PRD, Rosario Robles, y candidatas perredistas a la Cámara baja, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, y a las jefaturas delegacionales en esta capital, quienes pronunciaron discursos a favor de los derechos de las mujeres.
Marcela Lagarde, candidata externa plurinominal por la cuarta circunscripción, expuso ante unas mil mujeres que se requieren cambios jurídicos y políticas públicas de Estado con «transversalidad de género».
Añadió que con esas políticas se logrará una «maternidad dotada de ciudadanía», y al mismo tiempo se conseguirá que las madres en México «seamos ciudadanas por la vía de la maternidad».
«Las feministas concebimos e impulsamos cambios indispensables que contribuyen a la igualdad en la maternidad entre las mujeres. Queremos que los derechos y las buenas condiciones de vida y de maternidad de los que ya gozan unas madres, se extiendan al conjunto de las madres», explicó.
Marcela Lagarde criticó la doble moral de las tradiciones y los usos y costumbres que festejan a las madres el 10 de mayo, pero que les imponen la maternidad como un deber. Esa política, lamentó, «deja a cada mujer al garete para que sola resuelva su maternidad en desventaja y desigualdad de género».
Se pronunció por una «ética política de justicia» que garantice a las madres educación, salud, trabajo, buen salario, servicios de apoyo para el cuidado familiar, seguridad y el derecho a una vida sin violencia.
«Exigimos que el regalo para las madres sea una maternidad colmada de derechos humanos, con justicia, una maternidad radiante de ciudadanía».
Marcela Lagarde dedicó su discurso a las madres de los presos y desaparecidos políticos de la guerra sucia «emblemáticamente representadas por doña Rosario Ibarra de Piedra», así como a las madres indígenas asesinadas en Acteal, Chiapas.
Se refirió también a las mujeres que mueren por abortos mal practicados y en la clandestinidad, a las madres de las víctimas del feminicidio en Ciudad Juárez, y a todas las madres que padecen discriminación y exclusión por la «doble moral machista y misógina y la legalidad injusta» que prevalecen en la sociedad.
2003/RMB/RGR
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