El director de la Unidad de Salud Reproductiva de la Facultad de Medicina de la UNAM, Gregorio Pérez Palacios, propuso incorporar el aborto inducido y el incremento del intervalo intergenésico como componentes de la salud reproductiva.
En su intervención en la segunda reunión internacional Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres y la Docencia, que se realiza en la Academia Nacional de Medicina, el especialista expuso que entre las grandes preocupaciones sigue el embarazo en adolescentes.
El ex director de Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud explicó que si bien en los últimos años ha disminuido la incidencia, se estima que anualmente ocurren alrededor de 360 mil nacimientos en mujeres menores de 20 años.
Explico que son complejas las causas del inicio temprano de la actividad sexual, de los embarazos no planeados y abortos inducidos clandestinamente en ese segmento de población, y el acceso a servicios de salud es insuficiente para lograr la modificación de conductas reproductivas.
Se requieren acciones innovadoras, expresó ante la comunidad médica.
Pérez Palacios dijo que desde su inicio, el Programa Nacional de Planificación Familiar tuvo un impacto muy positivo al desacelerar el ritmo de crecimiento poblacional, disminuir las tazas de mortalidad materna, perinatal e infantil y contribuir a incrementar la esperanza de vida al nacimiento.
Sin embargo, continuó, a finales de los años ochenta, en el seno de la Organización Mundial de la Salud iniciaron los debates para incorporar las demandas de los grupos que abogaban por los derechos sexuales y reproductivos, derivando en el actual concepto que se tiene sobre la salud reproductiva.
Aseguró que México fue uno de los primero países del mundo en ejecutar un programa de cobertura nacional en salud reproductiva como parte de la reforma del sector salud, durante la pasada administración.
Dijo que si en 1976 solamente 30 por ciento de las mujeres en edad reproductiva unidas utilizaba algún método para regular su fertilidad, en el 2000 la cifra se incrementó a 70.8 por ciento, mientras que la tasa global de fecundidad descendió de casi siete hijos por mujer en 1970 a 2.5 en el año pasado.
Sostuvo que el impacto de programa de salud reproductiva y planificación familiar detuvo el crecimiento de la población en 100 millones en lugar de los 144 millones que deberían existir de no haberse realizado a tiempo esas medidas.
El especialista mostró su preocupación por la atención de la salud de las mujeres durante la peri y postmenopausia, lo que consideró ya una prioridad, al existir actualmente 12 millones de mexicanas de 40 años y más que se encuentra en esa condición, población que se duplicará en los próximos 20 años.
En este sentido, dijo que será indispensable contar con los métodos para la detección temprana del cáncer mamario, endometrial y ovárico, así como de esquemas terapéuticos más adecuados para la atención de este sector de mujeres.
Finalmente, hizo referencia a la situación particularmente vulnerable de las mujeres «de la tercera edad, en el tercer milenio y en el tercer mundo».
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