Unas 300 mujeres afganas organizadas se reunieron hoy para demandar cambios constitucionales que terminen con la discriminación y violencia ancestrales de que son objeto, así como equidad para participar en las elecciones previstas para realizarse el año próximo.
En el encuentro, organizado por el Ministerio de Asuntos de la Mujer, Shukria Barukzai, integrante de la Organización de Mujeres de Asia, afirmó que las mujeres necesitan derechos reales, no simbólicos y destacó que esta es la primera ocasión en que mujeres procedentes de todo el país pueden hablar libremente, sin restricciones.
«Queremos que el gobierno de transición garantice los derechos políticos, económicos y sociales de las mujeres más allá de las declaraciones y trabaje en ello», destacó la activista.
Las mujeres afganas de las provincias en verdad carecen de todos los derechos, no pueden salir de sus casas y no pueden siquiera obtener sus identificaciones oficiales, afirmó Shahla Noorzai Wojwad, mujer integrante de las fuerzas armadas afganas.
Las participantes señalaron el papel relevante que deben asumir las mujeres en la restauración de la paz tras dos décadas de guerra civil en Afganistán, comenzando por ayudar a la reconciliación dentro de las familias, y luego de la sociedad.
En el documento final del encuentro de un día, las afganas pidieron al gobierno el fin de la discriminación y la violencia en su contra y que sus derechos sean elevados a rango constitucional.
También demandaron programas para reducir el analfabetismo entre ellas y proporcionarles igualdad de oportunidades en todos los ámbitos, así como reformas legales para garantizar sus derechos ciudadanos, entre ellos el divorcio.
Además la creación de un organismo que haga seguimientos y reportes sobre las violaciones a los derechos humanos de las mujeres y que un comité femenino apruebe las reformas legales antes de que la nueva constitución sea ratificada.
Habiba Suhrabi, ministra de Asuntos de la Mujer, dijo que la institución a su cargo desea asegurar que todas las políticas y programas de gobierno incluyan los derechos de las mujeres y abogará por leyes efectivas para lograrlo.
Las caída del régimen Talibán en 2001 abrió para las mujeres afganas oportunidades insospechadas, sin embargo, millones de ellas aún se cubren el rostro y esconden sus cuerpos por temor a represalias masculinas.
Aunque las prohibiciones para que las mujeres tengan acceso a la educación y el trabajo han disminuido, grupos defensores de los derechos humanos aseguran que las afganas siguen siendo víctimas de violaciones, abusos y discriminación, sobre todo en las provincias del país.
MEL/MRM
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