Diversos sectores de la sociedad guatemalteca exigieron este domingo la erradicación de la violencia, flagelo que afecta indiscriminadamente a niños, jóvenes, adultos, ancianos, hombres y mujeres de todas las edades, razas y posiciones sociales.
A decir de Lucía López, de 10 años de edad y quien portaba una bandera de Guatemala y una cinta que decía «!No más violencia!», es necesario que se haga justicia en país, además de castigar a todas las personas que matan, roban y dañan a otros.
Para la menor, su mayor sueño es vivir en un país sin violencia, en donde pueda ir a jugar libremente con sus amigos, sin el temor de que los puedan secuestrar, robar o que una bala perdida les quite la existencia, ya que espera vivir muchos años más y trabajar por el país.
Kevin Maldonado de ocho años, dijo que la violencia «es algo muy malo y feo», que los niños guatemaltecos ya no quieren, por lo que él y su hermana Suly de cinco años acompañaron a sus padres a manifestar su rechazo con pitos y banderas blancas.
Por su parte, Saúl Barrios, integrante de la Coordinadora Estudiantil Universitaria (CEU), dijo a Cerigua que a pesar de que ellos esperaban más participación en la megamarcha, si se logró convocar a la mayoría de organizaciones de la sociedad civil, lo que es importante para hacer presión y exigir el cese a la inseguridad.
El dirigente universitario resaltó que la situación en el país es alarmante, puesto que la violencia se incrementa y las acciones de gobierno no han sido efectivas para erradicarla, por lo que el discurso de campaña del actual presidente sobre el tema se ha quedado sólo como promesa.
Barrios dijo que la actividad en contra de la violencia es un «jalón de orejas» al gobierno por parte de la sociedad que ya está cansada de tanta inseguridad en los buses, en la calle, a la vuelta de la esquina y en su casa, ya que ni allí pueden estar seguros.
Ana Silvia Monzón, directora de la Colectiva Voces de Mujeres, subrayó que la respuesta de la población guatemalteca no fue contundente, ya que se esperaba más presencia de personas, por lo que las expectativas de muchos no se cumplieron, pero fue un primer paso.
La especialista en género, felicitó a las mujeres de la capital y de varios departamentos del país que manifestaron, puesto que constituyeron el mayor grupo que se hizo presente a la actividad.
Monzón dijo que la situación del país es resultado de varios procesos históricos que ha vivido Guatemala, así como del racismo y discriminación principalmente contra las mujeres que se vive día a día, por lo que es necesario la erradicación de la misma.
El representante de la Organización Nacional de Estudiantes de Guatemala (ONEG), Calixto Morales, indicó que el sector juvenil ha sido golpeado fuertemente por la violencia, por lo que el movimiento estudiantil de educación media se sumó a la marcha para decir un «NO» al flagelo.
Según el líder estudiantil, la marcha es una muestra que la gente quiere realmente un cambio, por lo que espera que se tome realmente conciencia de la situación y que las autoridades promuevan proyectos reales para la erradicación de la violencia, ya que los jóvenes exigen una seguridad democrática, sin represión en su contra.
Al finalizar la actividad, la Red de la No Violencia contra las Mujeres y varias feministas independientes, rindieron un tributo a quienes han sido asesinadas y recitaron varias veces el lema de «Ni una muerta más».
2004/LR/SM
