Cuando la mujer dice sí a una relación sexual y cambia de opinión, ¿qué tan rápido el hombre debe detenerse antes de que sea considerado un criminal y posiblemente acusado de violación?
En este país, la respuesta depende del lugar donde vivas. En las Altas Cortes de siete estados, incluyendo Connecticut y Kansas, tienen reglas en las que las mujeres pueden retirar su consentimiento en cualquier momento. Y si el hombre no se detiene, entonces está cometiendo una violación.
Illinois es el primer estado en pasar esa legislación dando a la mujer el derecho de cambiar su decisión. Pero en Maryland, como en North Carolina, cuando la mujer dice sí, no puede cambiar de parecer cuando la relación sexual inicia, por lo tanto, no puede llamar al acto violación.
Es por eso que, recientemente, las leyes vigentes en la Corte Especial de Apelacion de Maryland pueden tomar camino hacia las Altas Cortes, abriendo el debate entre feministas y expertos en legislación nacional.
Defensores de los derechos de las víctimas insisten en que no se trata solamente de un asunto que dé a las mujeres la oportunidad de demostrar lo que pasó, si antes la ley no les reconoce el derecho a decir no durante la relación sexual.
Ellos dicen que no existe un recurso para que la mujer, cuando empieza a sentir dolor o se percata de que su compañero no está usando el condón o tiene VIH, pueda decidir no llevar a cabo una relación sexual.
Quienes están cautelosos ante estas posibles medidas dicen que no discuten si un hombre se detiene o no, sino sobre la definición de «inmediatamente».
Cuando la Suprema Corte de California desechó la regla, en el 2003, que codificaba el retiro del consentimiento durante la relación sexual, Janice Rogers Brown fue la única que no estaba de acuerdo en plantear esa pregunta. La mayoría de los defensores afirmaron que debería el hombre desistir inmediatamente, pero eso tampoco especifica qué es desistir inmediatamente: ¿en 10 segundos?, ¿30 segundos?, ¿un minuto?
EL PRETEXTO DE LA BIOLOGÍA
Para Mel Feit, director ejecutivo del National Center for Men, organización formada por un grupo de hombres localizado en Old Bethpage de Nueva York, el factor biológico es la respuesta.
En cierto momento durante la excitación, asegura, no tenemos un completo control de habilidad para detenerlo. Y no se puede equiparar con la brutalidad que se presenta en una violación violenta. Esto, dijo, debilita el concepto total de violación.
Sin embargo este grupo ha creado un «contrato sexual consensuado» para ser firmado antes de tener relaciones sexuales.
¿NO PUEDEN DETENERSE?
Por su parte activistas de los derechos de las víctimas no acogen el argumento de la pérdida del control. «Eso es insultante, decir que los hombres no pueden detenerse», afirma Lisae C. Jordan, consultora legislativa de Maryland Coalition Against Sexual Assault.
Incluso los defensores saben lo difícil que es decidir el tiempo, poner el tiempo en el cual el sexo debe detenerse después de que el consentimiento es desechado. «Yo no sé, yo no conozco cuál es la línea brillante a seguir, o qué es?, dice Scott Berkowitz de Rape Abuse and Incest National Network. «Eso se lo dejamos al jurado, que sean ellos los que decidan qué es razonable en cada caso».
Un caso en Maryland, en 2004, ejemplifica muy bien lo difícil que es definir lo «razonable» en estos casos:
La demandante y el acusado habían acordado, antes de que empezara a penetrarla, que cuando ella quisiera detenerlo él lo haría en segundos y no llegaría al clímax.
Durante la deliberación, el jurado envió una nota al juez preguntándole si aquello había sido una violación, pues la mujer cambió de opinión durante la relación sexual, no antes, además de que era una relación consentida, y el hombre continuó hasta alcanzar el clímax.
El juez dijo que eso les correspondía a ellos decidir. Los integrantes del jurado condenaron al acusado por el delito de primer grado de violación, entre otras ofensas sexuales.
Pero la Corte de Apelaciones de Maryland argumentó que las reglas de violación se basaban en la idea de la Ley Común Inglesa, que indican que «el inicial desflore de la mujer es el daño real», lo que provocó que por unanimidad se ordenara un nuevo periodo.
En ese segundo período, la parte acusada argumentó que ese no era tema a tratar, pues el asunto se centraba en que la demandante dijo «no» durante la relación sexual.
En Maryland, la violación es determinada desde el principio del acto sexual, por lo tanto, el consentimiento es oficialmente dado.
Sin embargo la Corte decidió que el acto de penetración fue la esencia del crimen y que por tanto el daño se perpetró.
Esta lógica provocó enojo a las feministas y periodistas, quienes calificaron la decisión como filosófica y proveniente de otra centuria, de otros tiempos en que las leyes sobre violación se basaban en el concepto de que la mujer era propiedad del hombre.
La organización Berkowowitz del Rape Abuse and Incest National Network, impulsó una reforma legislativa para que se revirtiera esa reglamentación.
Mientras tanto, el acusado fue sentenciado a cinco años de cárcel, pero continúa el debate sobre los abismos legales en torno a las definiciones sobre qué tan rápido debe detenerse un hombre cuando la mujer dice no.
07/LPB/GT/GG