Inicio Piden sanciones severas a explotadores sexuales de menores

Piden sanciones severas a explotadores sexuales de menores

Por la Redacción

Que se analice el Código Penal y los legisladores hagan las adecuaciones para ponerlo en concordancia con las convenciones internacionales ratificadas por el país y se sancione a los proxenetas, intermediarios y clientes, que abusan de las y los menores, demandó la consultora de IPEC-OIT, Alba Trejo.

La consultora del Proyecto de Explotación Sexual y Comercial de Niños y Adolescentes, de la Organización Internacional del Trabajo (IPEC-OIT), señaló que negociar con los cuerpos de niños, niñas y adolescentes, resulta para algunas personas inescrupulosas, un buen generador de ganancias comparadas con las del narcotráfico y que las producen a un costo social incalculable.

Impunemente los y las proxenetas, en complicidad con propietarios de bares, casas de masaje, lupanares, hoteles y restaurantes, se enriquecen con la inocencia de menores, obligados a satisfacer la demanda de personas que creen que con dinero lo compran todo, añadió la experta.

En Guatemala los explotadores ni siquiera llegan a un tribunal, basta con pagar una multa que va desde los 2 mil quetzales hasta los 15 mil, para liberarse de cualquier culpa, por lo que es de vital importancia que, tanto proxenetas como intermediarios y clientes, sean sancionados con cárcel, señaló la profesional.

En opinión de una integrante, las redes de explotadores prefieren buscar víctimas entre 12 y 14 años, que se encuentren en situación de pobreza, provenientes de hogares violentos, arrojados de su casa y sin acceso a la educación.

Trejo puntualizó que la IPEC-OIT considera la explotación sexual comercial de personas menores de edad, como una de las peores formas de explotación económica, ya que viola los derechos humaos de la niñez y la adolescencia.

Datos estadísticos elaborados por Casa Alianza, del 25 de noviembre de 2002 al 19 de agosto de 2003, revelan que en 284 bares se reportaron indicios de prostitución infantil, donde los menores, principalmente mujeres, eran escondidas en sótanos o habitaciones solitarias, destinadas a clientes especiales que pagan hasta mil quetzales por «el trabajo».

La demanda por los servicios sexuales de las menores es mayor entre la población masculina de 22 a 30 años, en lugares ubicados en las fronteras de Tecún Umán, Malacatán y Coatepeque; hacia el norte, Poptún y San Benito; también en el Puerto de San José, Santa Lucía Cotzumalguapa y la cabecera departamental de Escuintla, según una investigación de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia (SBS).

El estudio señala que en la capital estos lugares están ubicados en las calzadas Roosevelt, Aguilar Batres y la Avenida Petapa y se caracterizan por ser casas pequeñas y tener malas condiciones de salubridad; además, son disfrazados como salones de masajes o baños sauna.

El estudio apunta que 42 por ciento de las menores iniciadas en la prostitución consumen drogas, mientras que 24 por ciento han quedado embarazadas por sus proxenetas y el 23 por ciento padece enfermedades de transmisión sexual.

2005/SJ

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