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Plan de paz

Por Lucero Saldaña

Ayudar a la pacificación de Haití puede sonar como una acción generosa de solidaridad mundial ante una crisis de gobernabilidad para restablecer la paz en la Isla con una población de ocho millones de habitantes.

Un plan de paz internacional que prevé el despliegue de una fuerza multinacional y un llamado al ex presidente Aristide a deponer el poder para evitar que se incrementara la violencia, fue la propuesta encabezada por Estados Unidos, Francia y Canadá; a la cual México se sumó ofreciendo un grupo de la Policía Federal Preventiva (PFP) para agregarse a las fuerzas civiles de pacificación que intervendrían en Haití.

La tradición en nuestra política exterior había consistido en abrir las puertas para el paso de refugiados en nuestro país, además de garantizar la seguridad de los mexicanos que necesitan evacuar el país, situación que dejó mucho que pensar cuando se cierran las puertas de nuestra Embajada en Haití y de las 78 personas evacuadas se queda una mujer con su bebé. ¿Para qué enviar a la fuerza policial? No corresponde a lo que entendemos por ayuda humanitaria que es el envío de víveres, medicamentos y artículos de primera necesidad.

La decisión de intervenir por medio de la PFP es dejar un antecedente muy peligroso para las respuestas intervensionistas que pueden sucederse. Es preocupante esta acción como política a seguir ante el eufemismo de mantener la paz. El envío de la fuerza policíaca significa el involucramiento de las fuerzas armadas, aunque se hable de un tiempo determinado de tres meses.

El Senado de la República consideró conveniente expresar su interés para solicitar la presencia del canciller y cuestionarle sobre esta decisión, que puede dejar un mal precedente en la conducción de las relaciones con el exterior.

La crisis haitiana comenzó en septiembre de 1991, al producirse el golpe de estado militar contra el presidente Jean-Beltrand Aristide. Tras este acontecimiento, la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presionaron a favor del retorno de la democracia en Haití.

Diversas iniciativas diplomáticas y sanciones económicas precedieron a la invasión de septiembre de 1994 protagonizada por Estados Unidos. Ahora la historia se repite y es que las disputas territoriales entre estos dos países se han dado porque Haití reclama la isla de Navaza, administrada por Estados Unidos.

Desde 1993 se han realizado operaciones de paz por la ONU con resoluciones del Consejo de Seguridad de embargo de armas y petróleo. Y mucho antes, en 1986, siendo presidente Jean-Claude Duvalier, mejor conocido como Baby Doc, presionado por Estados Unidos, abandona Haití después de 30 años de dictadura duvalierista.

Las historias se repiten, y es que Aristide obtiene el triunfo contra el candidato respaldado por Estados Unidos. En 1994, a cambio de ayuda, el ex presidente Aristide aceptó un programa económico y social neoliberal diseñado por el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Agencia estadounidense de Cooperación.

En 1995, el primer ministro Smarck Michel presentó su renuncia debido a la oposición del nuevo parlamento y escaso apoyo de Aristide al programa de privatizaciones acordado con los organismos financieros internacionales.

Haití, un pueblo con un estado de pobreza extremo, territorio que ha encontrado cobijo desde tiempos antiguos, la religión Budú llena de mitos y brujerías, de cultos a los demonios, y de sometimiento a la ignorancia. Pobreza de espíritu, pobreza económica. Crisis política, crisis social. Restaurar la paz, intervención extranjera, con qué interés que no sea el económico en beneficio de las grandes potencias. Si hay humanismo, por que no se reciben a los refugiados en Estados Unidos, porqué se deportan.

No son suficientes 90 días para recomponer el tejido social y político, el texto de la misión internacional admitía «cambios políticos basados en la evaluación de la marcha del plan», como fórmula diplomática que abría la posibilidad de interrumpir el mandato de Aristide si no respetaba las reglas establecidas por la comunidad internacional. Puede llamarse Plan de paz o intervensionismo.

*Senadora e integrante de la Comisión de Equidad y Género y de la Comisión Especial que dará seguimiento a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.

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04/LS/GBG/SM

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