Inicio Planificar número de hijas e hijos es derecho reconocido, pero no vigente

Planificar número de hijas e hijos es derecho reconocido, pero no vigente

Persiste la urgencia mundial para otorgar servicios de planificación familiar y actualmente los recursos destinados a ello muestran un déficit de 650 millones de dólares al año, pues deberían sumar mil 200 millones. Todo indica que no se alcanzarán las metas fijadas para el 2015.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) celebra el Día Mundial de la Población 2008 el 11 de este mes y en su página Web indica que en el mundo hay unas 200 millones de mujeres que quieren aplazar o prevenir el embarazo, pero no están utilizando anticonceptivos eficaces, carecen de acceso a ellos, piensan que no quedarán embarazadas, temen efectos secundarios o no los utilizan por las objeciones de su familia.

UNFPA dice que el uso de anticonceptivos amplía los medios de acción de las mujeres y puede salvar sus vidas. De tal suerte que se pueden prevenir 2.7 millones de defunciones de recién nacidos, reducir la pobreza, frenar el crecimiento demográfico, mitigar la presión sobre el medio ambiente y promover una mayor estabilidad en el mundo.

Los estudios muestran que, en función de los servicios que se ofrezcan, cada dólar gastado en planificación de la familia puede representar economías de hasta 31 dólares en servicios de salud, abastecimiento de agua, educación, vivienda, desagües cloacales, eliminación de residuos, etcétera.

Los programas de planificación de la familia pueden prevenir las infecciones de transmisión sexual, inclusive el VIH, al promover el uso del condón (preservativo). Además, al prevenir los embarazos no deseados de las mujeres que tienen reacción serológica positiva al VIH, se evita la transmisión de la madre al producto.

En todo el mundo, unos 200 millones de mujeres, especialmente en los países más pobres, siguen teniendo necesidades insatisfechas de anticonceptivos eficaces.

Satisfacer sus necesidades costaría aproximadamente 3 mil 900 millones de dólares por año y prevendría 23 millones de alumbramientos no deseados, 22 millones de abortos inducidos, 142 mil defunciones a causa del embarazo (incluidas 53 mil debidas a abortos realizados en malas condiciones) y 1.4 millones de defunciones de recién nacidos.

El derecho humano fundamental de las personas a escoger el número de hijos y el momento en que nacen requiere que tengan acceso a los anticonceptivos. Sin embargo, poder planificar cuántos hijos tener y cuándo tenerlos es un derecho humano reconocido; pero este derecho aún no esta vigente, especialmente entre las personas pobres.

Para los próximos 15 años se prevé un aumento pronunciado de la demanda de servicios de planificación de la familia, a medida que millones de jóvenes comiencen a tener actividad sexual, pero los recursos para financiar esos servicios están disminuyendo, y esto está ocurriendo desde hace varios años.

Para poder alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), es preciso que la comunidad internacional reubique la planificación de la familia en el lugar más prominente de la agenda de desarrollo.

PANORAMA DE LA PLANIFICACIÓN FAMILIAR

Entre 1960 y 2000, la proporción de mujeres casadas y residentes en las regiones en desarrollo que utilizaban anticonceptivos aumentó de menos del 10 por ciento hasta el 60 por ciento.

Resultado de varias investigaciones, se sabe que la demanda de anticonceptivos aumentará en 40 por ciento en los próximos 15 años.

En la mayoría de los países de Asia y de América Latina, los programas nacionales de planificación de la familia estabilizaron el crecimiento demográfico, pero solo se han satisfecho parcialmente las necesidades de las personas pobres.

En 56 países en desarrollo, el promedio de alumbramientos entre las mujeres más pobres es de 6, en comparación con 3.2 entre las mujeres en posición económica más holgada.

Un crecimiento más lento de la población sobrecarga menos los limitados recursos naturales, inclusive los de agua dulce y tierras cultivables.

En la mayor parte de África, las altas tasas de fecundidad y de crecimiento demográfico amenazan más que el VIH/SIDA la posibilidad de reducir la pobreza y alcanzar los Objetivos de
Desarrollo del Milenio.

08/LPB/GG

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