«Cultura son las mujeres golpeadas en Atenco, cultura son los presos políticos, cultura es el viejo ferrocarril que dejó de sonar en México al ser privatizado por Ernesto Zedillo, cultura es el pájaro chachalaca, la guacamaya…cultura es la esperanza representada aquí»…
Con estas palabras, para algunos cursis y a otros muy necesarias en tiempos de campaña, la escritora Elena Poniatowska cerró el Foro «Identidad y Cultura» entre el candidato de centroizquierda Andrés Manuel López Obrador y decenas de artistas, escritores, intelectuales.
En el auditorio «Simón Bolívar» del Colegio de San Ildefonso, López Obrador escuchó a Carlos Monsiváis, sentado junto al convocante, Porfirio Muñoz Ledo; a Néstor García Canclini, Víctor Hugo Rascón Banda y Sabina Berman, hablar en diversos tonos sobre el papel del Estado en la cultura.
Con intervenciones limitadas a 5 minutos, también oyó a Demián Bichir, Ángeles Mastretta (ella misma se confesó cursi), Manuel Felguérez, Pedro Armendáriz, Raúl Padilla, Epigmenio Ibarra, Juan Villoro, Carlos Montemayor y la misma Poniatowska.
El posible legado de José Vasconcelos en fomentar la educación en México a estas alturas del siglo XXI, la forma de hacer «industria cultural» (sic), la movilidad de la cultura mexicana dentro de la era global e incluso una directa crítica a las mafias culturales (Bichir), que arrancó aplausos, subieron los ánimos en el abarrotado auditorio de la UNAM la mañana del martes.
Bichir denunció las canonjías, digamos transas, de grupos acomodados en el quehacer cultural del país, que se reparten las becas estatales entre sí; mientras Epigmenio apeló a ampliar la señal de Canal Once y Canal 22 «porque la caja no es idiota, sino así la hicimos por omisión y complacencia».
El escultor y pintor Felguerez pidió que exista un seguro médico para creadores, mientras que los editores demandaron que al menos1 por ciento del gasto federal se destine a la cultura (ahora es del 0.3%), y se hagan las reformas legales con incentivos fiscales dentro de un plan estratégico federal, para relanzar la industria editorial.
Armendáriz, tras felicitar a González Iñárritu por su premio en el Festival de Cannes, relató lo difícil que es filmar en México por escaso presupuesto, y remató con la frase «la peor película es la que no se hace».
Del público salieron gritos contra la reforma propuesta del INAH; por la libertad de los presos y presas de Atenco y contra las «mafias enquistadas» en el INBA y la UNAM, por la tolerancia y la libre creación, y en favor de la intervención del Estado en la cultura.
Monsivais, «el capo de capos» diría un colega, rio ampliamente cuando AMLO recordó que rechazó ser el futuro Secretario de Cultura del país «porque mejor quiso Hacienda» (risas generales):
El candidato sintetizó en 4 puntos breves las 2 horas en las que los intelectuales le pasaron línea, le hicieron un examen de conocimientos culturales y lo vitorearon, para al final, tomarse la foto en el pódium bajo la mirada de Simón Bolívar.
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