Son escasas las universidades, tanto públicas como privadas, que deciden abordar de manera seria los temas de género, no sólo dentro de la cátedra en las licenciaturas y posgrados, sino en la creación de planes de estudio, criticó Lourdes Enríquez, investigadora del Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM.
La especialista señaló que en muchos casos existen académicos y académicas que se asumen como expertos en género sólo con la intención de obtener unas cuantas horas más de cátedra frente a grupo y un ingreso adicional, sin embargo sus conocimientos sobre el tema son nulos, limitados o incorrectos, lo que afecta la formación de las y los estudiantes.
En entrevista, Enríquez criticó que en algunas facultades de Derecho decenas de catedráticos que «desconocen qué es la perspectiva de género e incluso están en contra de ella», se apunten para impartir clases en cátedras o programas de género con el único fin de obtener puntos o ingresos adicionales.
La experta lamentó el «poco apoyo o interés» de parte de académicos y académicas para implementar en las universidades estudios de género en diplomados, o asignaturas en las carreras o posgrados.
«Se ha detectado que hay estudiantes que tienen la intención de cursar estudios de género, pero no hay la disponibilidad para todos y todas», apuntó.
Lourdes Enríquez recordó que en el caso de la UNAM se trabajó durante 15 años para que se pudiera crear el PUEG, y que las universidades de Puebla y Jalisco se llevaron un tiempo similar.
En cambio, dijo, universidades como la Veracruzana tienen un área de género, pero no establecida de manera formal.
La investigadora recordó que el PUEG realiza estudios sobre migración, trata de personas, paridad en la representación política, presupuestos públicos, formación de cuadros académicos para la educación y capacitación, y los derechos sexuales y reproductivos, entre otros.
Observó que se necesitan nuevos cuerpos académicos, integrados especialmente por mujeres con el conocimiento en materia de género, para que se inserten en las universidades del país y luchen para crear los departamentos o programas de género.
Enríquez indicó que la formación en género debe ser adicional a las especialidades de cada profesional, para que así se profundicen los estudios y aportaciones sobre los derechos de las mujeres.
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