Sería una vergüenza para los partidos políticos y para el avance democrático del país que en la próxima contienda federal no se lograra incrementar la participación de las mujeres en el Congreso de la Unión y en los diversos puestos de elección popular en disputa, como las diputaciones locales y jefaturas delegacionales, opinó María Eugenia Romero, directora de Equidad y Género.
Dijo que «desde siempre las mujeres hemos participado en la política desde diferentes trincheras, incluidos los partidos políticos, y creo que la Ley de Cuotas vigente no viene más que a confirmarlo».
Entrevistada por Cimacnoticias destacó que la inclusión de mujeres va más allá de ganar espacios por ganarlos, pues aun cuando lo partidos deberán cumplir con la cuota mínima de género del 30 por ciento, «aquellas mujeres que buscan una postulación tendrán que demostrar -y la actual y las pasadas Legislatura cada vez así lo prueban- que están lo suficientemente preparadas para elevar el nivel de la política».
La activista por los derechos humanos de las mujeres reconoció que tanto en la Cámara de Diputados (23 por ciento) como en la de Senadores (16 por ciento), «hay muchas mujeres de calidad y cada vez se suman más a esta tarea en la que, incluso, han demostrado en los hechos que están mejor preparadas que muchos hombres».
A juicio de Romero, detrás de los espacios «ganados» por los hombres tienen más peso las llamadas «cuotas de grupo», sin tener necesariamente una experiencia importante con respecto hacia ciertos temas.
«En el caso de las mujeres hay una mejor preparación, cada vez se hace un mejor esfuerzo, y eso nos permite elevar el nivel de debate y de la política, porque necesitamos gente que pueda tener debates ideológicos, que los plantee en la tribuna y no sólo en el papel».
Como directora de Equidad y Género, reconoció: «para organizaciones como las nuestras, los temas de la legalidad de los derechos sexuales de las mujeres son muy importantes; por ello estamos revisando las plataformas de las y los candidatos para conocer su postura en los diferentes temas que tienen que ver con el adelanto de la población femenina».
«Se trata de elevar el debate político, no se trata de que estén peleando un candidato con otro, porque ahora la ciudadanía demanda cuentas claras, qué van hacer en tal o cual tema y eso, te repito, va a permitir que se eleve el debate».
En México, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) estableció, en 1996, la obligación de introducir en los partidos la cuota mínima de 30 por ciento de mujeres en los partidos.
Según el último informe internacional sobre los avances de la mujer elaborado por el Population Referent Bureau (PRB), presentado en noviembre pasado, únicamente 14 países de los 183 que formaron parte de la investigación habían alcanzado o excedido el umbral del 30 por ciento de representación femenina en la Cámara Baja o en un parlamento unicameral.
Ni siquiera lo superan países con gran tradición democrática, como Suiza o Francia, con el 25 y el 12 por ciento, respectivamente. Tampoco Estados Unidos, con un 14 por ciento.
En el año 2004, en la región latinoamericana y del Caribe, México fue el cuarto país con mayor presencia femenina en la Cámara Baja (23 por ciento), por debajo de Cuba (36 por ciento), Costa Rica (35 por ciento) y Argentina (34 por ciento), los únicos países de la región que superan el margen establecido por la ONU.
Belice es el país con niveles más bajos de representación política de mujeres; y Brasil, a pesar de su peso económico en la región, apenas tiene 9 por ciento, 14 puntos por debajo de México.
06/GV
