Inicio Políticas de SSyR deben contemplar factores culturales

Políticas de SSyR deben contemplar factores culturales

Por Citlalli López, corresponsal

El aumento de los embarazos en adolescentes, casos de muerte materna, cáncer cérvico uterino, aborto y VIH-Sida, obligan a replantear las políticas públicas sobre salud sexual y reproductiva (SSyR) para frenar los indicadores negativos, señaló Leticia Briseño Mass, integrante de la Unidad de Equidad y Género de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO).

La también catedrática de Ciencias de la Educación dijo que en el estado de Oaxaca las políticas de SSyR sólo consideran la parte estadística y se elaboran desde el escritorio pensando en poblaciones urbanas, dejando de lado los valores y cultura de las comunidades de origen de las personas.

«Cuando hablamos de la decisión que tenemos sobre nuestro cuerpo, tenemos derecho a estar informados y la información abarca todos los aspectos, desde qué puedo hacer para prevenir una enfermedad, prevenir un abuso, un estado que atente contra mi cuerpo y en función de tener esta información objetiva, a la mano, en espacios pertinentes, poder tomar decisiones con la conciencia de que tengo la información», abundó.

Leticia Briseño explicó que cuando se analiza el tema de la muerte materna el gobierno del estado sólo observa la estadística de mujeres que mueren por la falta de hospitales, recursos y medicamentos, y no contempla la mortalidad por cuestiones culturales, como por ejemplo los casos en los que las oaxaqueñas no llegan a los nosocomios por la prohibición del esposo.

«La mujer es impedida por una serie de creencias de que el cuerpo de una mujer no puede ser visto por otra persona. Estos elementos no se contemplan a la hora de lanzar políticas para atender a estas poblaciones», manifestó.

«No podemos negar que la nueva generación está teniendo relaciones sexuales más temprano, embarazos no deseados, está ejerciendo su sexualidad a pesar de preceptos (religiosos) de no al aborto, no a la píldora anticonceptiva», destacó la académica.

Briseño Mass indicó que hay estudios serios que señalan que cuando una persona accede a información adecuada en edad temprana tarda más en ejercer su sexualidad: «No es cierto que por tener información a la mano va a haber libertinaje».

Lo que se tiene que replantear, dijo, es la concepción de que el cuerpo es sucio y que tocarlo es pecado.

Añadió que debe haber leyes que obliguen a las escuelas a dar información sobre sexualidad, y programas que contemplen el uso del cuerpo y la sexualidad no con fines reproductivos y biológicos, sino como un elemento que puede otorgar placer y transmitir deseo.

«Los programas de estudio no contemplan el tema de la sexualidad como un todo, con enfoque de género y analizando la etnia y la cultura», advirtió.

Briseño urgió a cambiar las políticas públicas de SSyR para no criminalizar a las y los jóvenes cuando portan un condón, ni a las mujeres cuando deciden vivir su sexualidad libremente y sin fines exclusivamente reproductivos.

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