«La tormenta nos quitó todo; pero no la dignidad. Abran las puertas, queremos trabajar», fue el lema con el concluimos el 2006 en Tapachula, Chipas.
Con este mensaje celebramos la 8ª Posada Sin Fronteras que este año se llevó a cabo en el puente Talismán, El Carmen, pues debido a los destrozos ocasionados por la tormenta Stan fue imposible hacerla, como otros años, en el puente fronterizo Rodolfo Robles.
La organizadora de la posada fue la casa del Migrante de Tecún Umán. Este 2005 nos reunimos las y los integrantes del Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, con la presencia de los obispos Álvaro Ramazini y Leopoldo Cabrera, además de un buen número de feligreses de las dos diócesis vecinas.
El lema nos llevó a reflexionar sobre la situación laboral de hermanas y hermanos mexicanos y extranjeros que perdieron su empleo a causa de la tormenta Stan y que, en consecuencia, encontrarán nuevos motivos para migrar.
El puente se cayó, pero la vida sigue y, a pesar de tantos obstáculos, las y los migrantes buscarán nuevas formas y caminos para avanzar y sobrevivir. Se espera que con la reconstrucción muchas personas se vean beneficiadas.
Para quienes son trabajadores migrantes las condiciones siguen difíciles, pues a pesar de haber una aparente «oferta de empleo» en Chiapas, su condición irregular muchas veces no les permite tener acceso a las oportunidades de trabajo.
El gobierno mexicano ha ofrecido brindar facilidades para las y los migrantes guatemaltecos por un periodo de seis meses. A la par del Programa de Regularización Migratoria 2005, esperamos que ésta sea una verdadera oportunidad para que las y los extranjeros -tanto establecidos como en tránsito- sean respetados en sus derechos más elementales.
Durante el festejo, la Casa del Migrante y la oficina de Derechos Humanos de Tecún Uma expresaron su preocupación por la rigidez que está tomando actualmente la política migratoria estadounidense -apoyada por otros países, como México y Guatemala– la cual ha generado premeditadamente constantes violaciones a los derechos humanos de migrantes por parte de las propias autoridades, ocasionando la muerte de miles de ella y ellos principalmente en la zonas fronterizas y en los caminos más frecuentados, lugares de alto riesgo.
Por eso, en la posada nuestro mensaje para las y los migrantes fue de esperanza.
En esta celebración, y en representación de la sociedad civil, les dijimos que son recibidos aquí con los brazos abiertos; que no dejen de luchar por su dignidad, por sus valores, por su cultura; que cada quien desde su trinchera luchará para que día a día sea más respetada su persona y más valorada su aportación a nuestra sociedad.
Las organizaciones defensoras de los derechos humanos de las y los migrantes en la región del Soconusco estamos «por la defensa de su vida y su dignidad».
* Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, Área de Vinculación. Tapachula, Chiapas
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