La democracia tiene que seguir perfeccionándose para que la población femenina tenga una participación plena, consideró hoy la encargada de la Oficina para la Atención de los Pueblos Indígenas de la Presidencia de la República, Xóchil Gálvez Ruiz.
Entrevistada en el marco del seminario Democracia, Política y Estado que se lleva a cabo en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER), afirmó que la pobreza, sin lugar a dudas, afecta a gran parte de la población, principalmente a las mujeres y grupos indígenas.
Gálvez Ruiz, consideró que uno de los temas importantes, que se deberían discutir aquí, es la desigualdad, «no puede ser que unos cuantos tengan tanto y muchos nada».
Como todo, abundó, hay que ir perfeccionando la democracia para que las mujeres tengamos una mayor participación. «Mira el otro día estaba en la oficina y pedí nombres de candidatas y candidatos a delegados. Sin embargo, sólo me dieron nombres de varones. Y, les dije, va a ser mujer. Más les vale que se les ocurra uno de mujer».
En ese sentido, dijo que a veces, tienes que forzar la participación de las mujeres, en donde hay una cultura de discriminación hacia la población femenina y a los grupos indígenas, a pesar de que cada vez se superan, pero no deja de haberla.
De ello, la funcionaria, señaló que podemos ver cuántos legisladoras y legisladores indígenas de las cámaras de Senadores y Diputados hay , «teníamos un solo senador indígena, que desafortunadamente murió, y sólo hay como siete diputados».
Aseveró que la discriminación es un proceso que la democracia tiene que ir depurando, dando oportunidades a la población femenina e indígena y tener un mayor acceso a la educación, por ejemplo.
En mi caso, recordó Gálvez Ruiz, cuando quise ir a la escuela, mi papá me dijo: «qué escuela, ni que la…ahí está el metate».
No se trata, abundó, de que lleguemos por ser mujer o por indígenas a ocupar algún cargo público o de elección, sino porque lo hemos construido, mediante la participación y preparación que debe de tener una política de inclusión.
La existencia de derechos, concluyó, no garantiza que la ciudadanía, y en particular, las mujeres, dotadas de recursos de poder distintos –debido a su exclusión–, puedan disfrutar de ellos.
2004/RGL/LR