Beneficios para la salud y pasar un tiempo placentero, dos elementos básicos en la práctica diaria de ejercicio.
Para conseguir lo anterior, es importante buscar una actividad adecuada a tus necesidades y personalidad, tomar en cuenta el tiempo con el que cuentas -tus horarios-y observar tu capacidad física.
La oferta es mucha y quizá la dificultad será encontrar cuál es la adecuada para ti. Entre las distintas opciones están las deportivas, las rutinas de ejercicios (gimnasia, aeróbics, aparatos), las artes marciales, el yoga, el baile y el trabajo psicocorporal.
ASPECTOS A CONSIDERAR.
Los deportes requieren práctica, el aprendizaje del juego y lograr un cierto dominio, según el caso: atletismo, basquetbol, tenis, futbol. En su mayoría, hay que dedicarles tiempo y esfuerzo para aprenderlos y participar en las competencias o torneos.
Si el tiempo no un problema para ti; te gusta -o necesitas- trabajar en grupo y te encuentras bien con esta «sana» competencia, el deporte es una excelente opción.
Pero si tu vida es «atareada», será difícil que hagas deporte con regularidad. En este caso, quizá podrás elegir una opción individual compatible con tu horario y tus días de descanso: natación, bicicleta, caminata o gimnasia. Algo que no signifique una carga extra a lo que ya haces, pues lo contrario podría aumentar el estrés de tu «yo soy
corporal».
¿Ya elegiste o algo llama tu atención? Alix Kirsta recomienda (Superar el estrés. Cómo relajarse y vivir positivamente, 1986): «Cuando comiences a hacer los ejercicios no te esfuerces demasiado, y si tienes o has tenido problemas de salud, acude a tu médico y pregúntale qué tipo de ejercicio puedes practicar sin ningún peligro».
En su opinión, es mejor hacer un poco de ejercicio por varios períodos regulares que mucho de vez en cuando o irregularmente. Un poco cada día, quizá, pues «las sesiones agotadoras y maratónicas sin entrenamiento adecuado pueden producir lesiones, cansancio o agotamiento total», advierte.
Las ventajas de practicar a diario una rutina de ejercicios son muchas. Dormir mejor, menos dolores de cabeza, disminución del estrés y paz interior son algunas de ellas, además de gozar de más agilidad, concentración y claridad mental, y del aumento del vigor físico.
Toma tus precauciones y disfruta de las capacidades de tu «yo soy corporal».
*Periodista con especialización en terapia Gestalt.
05/CV/YT
