Marcela Lagarde recibió en días pasados la medalla Omecihauatl (parte femenina del dios dual), distinción otorgada por cuarta ocasión por el Instituto Nacional de las Mujeres del DF (indujeres-DF) a mujeres distinguidas del ámbito académico, cultural y social en nuestro país.
Lagarde nació en la Ciudad de México el 30 de diciembre de 1948. Desde muy joven militó en el Partido Comunista y en la lucha feminista. Es etnóloga, Maestra y Doctora en antropología. Su trabajo destaca por la exhaustiva revisión de la historia de las mujeres y su relación con el poder a lo largo de los años.
Profesora de los Posgrados de Antropología y de Sociología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es autora de más de cien artículos y de varios libros en materia de género, que han repercutido en la teoría y en la práctica del feminismo.
Con más de treinta años trabajando en la causa de las mujeres, la etnóloga y catedrática de la UNAM, tiene entre sus logros ser la primera feminista, en la historia del parlamento mexicano, en acceder a un curul por méritos propios.
Actualmente es diputada federal del congreso mexicano, en las filas del Partido de la Revolución Democrática. (PRD). Forma parte de la Comisión de Equidad y Género y preside la Comisión Especial para Conocer y Dar Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los Feminicidios en la República Mexicana, y a la Procuración de Justicia Vinculada.
Su lucha contra el femenicidio ha traspasado fronteras, llevando su denuncia a otras regiones de América Latina como Guatemala, donde trazó las vertientes de la problemática de las mujeres latinoamericanas inmersas en la desigualdad, excluidas del pacto social democrático.
Coordinó los talleres Casandra, de antropología feminista, y es colaboradora de grupos y redes feministas de centros e institutos de la mujer en México, América Latina y España. En la ONU es asesora en los análisis de género. También participa en organismos de cooperación internacional y es parte de consejos editoriales de revistas feministas mexicanas y españolas.
La también asesora del Posgrado en Estudios de Género de la Fundación Guatemala y en el Diplomado en Género y Desarrollo de la UNAM, posee ocho obras cuya línea principal es la causa de las mujeres. Entre ellas: «Los cautiverios de las mujeres: madres, esposas, monjas, putas, presas y locas».
El texto acerca de lo cautiverios de la mujer ha tenido que reeditarse varias veces por la gran demanda. En él Marcela Lagarde sintetiza la opresión cultural en la cual se encuentran las mujeres en la sociedad patriarcal. Y concluye que la mujer necesita más poder, más liderazgos para que se reconozcan y respeten sus derechos.
Para ella la democracia es más que una categoría política, consiste en la creación de condiciones que permitan a las mujeres vivir como ciudadanas.
Mediante sus investigaciones y su trabajo en favor de las mujeres, Lagarde se ha ganado el reconocimiento dentro y fuera de las fronteras mexicanas por su convicción feminista, su entrega a la causa y sus logros académicos y laborales.
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