Los proyectos y programas dirigidos a combatir la pobreza de las mujeres rurales y campesinas han sido elaborados desde una perspectiva asistencialista por lo que no responden a las necesidades de estos grupos, observó el Grupo Interdisciplinario sobre Mujer, Trabajo y Pobreza (Gimtrap).
Hoy, durante el Segundo Encuentro de Investigación Aplicada sobre Desarrollo Social, organizado y realizado en las instalaciones de Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), la agrupación dio a conocer algunas conclusiones de su estudio Mujeres Rurales en México.
En representación de Emma Zapata Martelo (encargada del estudio), Olga Muñoz, señaló como resultados de la investigación que se caree de proyectos productivos acompañamiento, asesoría y capacitación necesarios para eficientar los recursos.
Tampoco se han propiciado las condiciones necesarias para la inserción de las mujeres al campo laboral o para hacer más objetiva su incorporación en los procesos productivos, lo cual lleva a ignorar no sólo sus necesidades estratégicas, sino también a no promover procesos de cambio reales y a hacer más profundas las dependencias.
El estudio refiere que esa situación refuerza las normas hegemónicas de los varones y hace de los proyectos paquetes incompletos que ni siquiera satisfacen las necesidades más básicas de la población femenina y sus familias.
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