El dolor que ha dejado a la sociedad chihuahuense la violencia intrafamiliar, social, institucional y del crimen organizado, fue llevado a la escena teatral con fuertes diálogos de reclamo, exigencia y denuncia.
Madres de mujeres desaparecidas y/o asesinadas debutaron el pasado viernes al lado de actores locales en la obra «Pasarela: voces y paso de las mujeres contra la violencia».
El Teatro de la Ciudad, en esta capital estatal, se vistió de «sangre», dolor, impotencia, frustración y esperanza con la puesta en escena dirigida por la maestra y luchadora social colombiana Patricia Ariza.
Se trata de breves montajes con fuertes historias y reflexiones. Hilda Medrano narró la historia de su hija, Diana Jazmín García Medrano, desaparecida en 2003.
«Tu negligencia y tu incapacidad no me quebraron. Ahora soy luchadora social para luchar por ti», dijo en escena la madre de familia en representación de otras tantas que se han convertido en peritos, abogadas y litigantes durante las dos últimas décadas.
Guadalupe Varela contó que sus hijos se fueron de su casa por la situación de violencia que ella permitió en su hogar. Agregó que cuando su vida perdió dirección buscó apoyo pero enfrentó otro tipo de violencia: la institucional.
Otro grupo de mujeres relató que en 1990 encontraron el cuerpo de Cinthia Liliana González Rivero, y que por ese caso las autoridades sentenciaron a una «chivo expiatorio» que estuvo presa durante cinco años y al final se pudo demostrar su inocencia.
Patricia Cervantes leyó uno de los poemas que compuso a su hija Neyra Azucena Cervantes, desaparecida y asesinada en 2003. La mujer se autodescubrió como poeta ?dijo a Cimacnoticias? porque no supo «cómo sacar tanto dolor, coraje y frustración».
Con una maleta cargada de esperanza, Rosario Cano salió a escena. «Esta maleta ha sido testigo de cómo he sido pisoteada. Hasta ahora no encuentro quién me ayude», reclamó. Su hijo desapareció en 2010. Los militares le dijeron que era difícil atender el caso porque era época de elecciones, mientras que la PGR puso como pretexto que no era su competencia.
«Pasarela: voces y paso de las mujeres contra la violencia»
concluye con el mensaje e invitación al público a que haga conciencia sobre la violencia de género que azota al estado de Chihuahua.
«NECESARIA, LA MOVILIZACIÓN SOCIAL»
En entrevista, Patricia Ariza, directora de la obra, destacó el trabajo y organización de las mujeres en la entidad para enfrentar la violencia, principalmente las desapariciones y el feminicidio.
La colombiana es parte de un grupo de artistas que ha luchado por llevar la denuncia social al arte, a través de su compañía de teatro independiente «La Candelaria».
«En Chihuahua hay movimientos importantes de mujeres que han tenido logros contra el feminicidio, aunque falta mucho aún. Sólo convocando a movilizarse se pueden frenar los índices de violencia», subrayó.
«Pasarela?» es una experiencia histriónica que ya se ha montado en España, Perú, Serbia y Canadá. «Es un proceso doloroso, no basta con la catarsis individual, se requiere de una catarsis colectiva y eso es ?Pasarela?: busca convertir el dolor en fuerza», explicó Ariza.
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