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Presentan fundadoras de ONGs proyectos exitosos de desarrollo

Por Lourdes Godínez Leal

En los países centroamericanos y de América Latina, afectados por los altos índices de migración que dejan al frente de las comunidades a las mujeres que a diario sortean la pobreza, el analfabetismo y el rezago educativo, es necesaria la formación de mujeres líderes.

Es el caso de 24 mujeres, procedentes de América Latina, Angola y Guinea Ecuatorial, quienes con su trabajo y proyectos se dieron a la tarea de buscar recursos para mantener el trabajo que realizan al interior de sus organizaciones civiles orientadas a incidir en el desarrollo de las comunidades.

Visitantes distinguidas en la agencia Cimacnoticias, como parte de una agenda de capacitación para mejorar los proyectos que encabezan en sus países de origen, relataron que cuatro de ellos son considerados los más exitosos por su impacto y por su relación con la salud de niñas, niños y mujeres, apoyo al campo, vivienda y acceso al uso de tecnología en las zonas de alta marginación.

AYUDANDO A LAS MUJERES DE GUINEA ECUATORIAL

Aurora Momo, de Guinea Ecuatorial, fundadora de la Organización Nacional de Apoyo a la Mujer Rural (ONAMUR), cuyo objetivo es ayudar a las mujeres del campo, dijo que cuentan con un plan de trabajo: «tenemos personal pero no tenemos carácter jurídico y sin eso no podemos hacer nada».

Vestida con un llamativo traje bordado con un turbante que le hace juego, Aurora Momo explica que la idea de fundar una ONG surgió porque «la mujer del campo sufre mucho» ya que cuando consigue cosechar no tiene medios de transporte para llevar sus productos al mercado y venderlos.

Guinea Ecuatorial es un país de África Central que limita con Camerún al norte, al sur con Gabón y al Golfo de Guinea. Su población es joven, el 45 por ciento no supera los 15 años de edad y la esperanza de vida es de 49 años para los hombres y de 53 para las mujeres, abundó.

Las mujeres de este lugar tienen que colocar sus productos en la carretera y pedir «aventón» para que las trasladen a los lugares donde venden, si no, la comida se les pudre.

Actualmente, esta ONG trabaja con 23 organizaciones de mujeres que han formado una cooperativa, unas se dedican a la plantación de plátano, otras a la horticultura y otras más a la psicultura y otro grupo importante a la compra y venta de aves. Sin embargo, Momo enfatiza que lo que más necesitan son camiones para transportar la comida.

SAN SALVADOR ENTRE LA EDUCACIÓN Y LA SALUD

El Salvador es un país caracterizado por la alta migración de sus habitantes hacia Estados Unidos (tan sólo en 2004 se deportaron 93 mil 667 personas, el 44.7 de origen guatemalteco).

Conformado por 14 departamentos (estados), los salvadoreños enfrentan pobreza extrema y la falta de acceso a servicios básicos y de salud.

Luego del terremoto de 1986 que afectó gran parte de esta nación centroamericana, un grupo de salvadoreños residentes en Miami, unieron esfuerzos para enviar artículos a la gente que resultó damnificada y es así como surgió la Fundación Salvadoreña para la Salud y el Desarrollo Humano (FUSAL), comentó Dora Beatriz Melgar, una de sus fundadoras.

Desde hace 13 años, Dora Beatriz trabaja en FUSAL impulsando la conciencia sobre la importancia de la salud entre las mujeres de las comunidades más rezagadas de El Salvador. Médicos itinerantes trabajan actualmente en 10 de los 14 departamentos de El Salvador.

Datos de Melgar, estiman que el cáncer cervicouterino es la primera causa de muerte entre las salvadoreñas, seguido por la muerte materna.

La trabajadora social informó que en el trabajo que han realizado por ejemplo en la Bahía de Jiquilisco, (ubicada en la zona insular) ni un sólo niño tenía su esquema de vacunación completo y las mujeres no tenían acceso o no conocían la importancia de la toma del papanicolaou.

En cuanto a educación, este proyecto contiene los llamados «círculos de familia», en los que se abordan diferentes temas como nutrición, violencia, abuso sexual, accidentes en el hogar, salud sexual y reproductiva, entre otros, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas.

FUNSAL, trabaja conjuntamente con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en la erradicación del trabajo infantil con las y los niños que se dedican a sembrar y cortar la caña de azúcar y los que extraen conchas de la Bahía de Jiquilisco.

A estos pequeños se les brinda la oportunidad de asistir a la escuela y se les apoya a aquellos que tienen dificultad para aprender como consecuencia del cansancio y horarios relacionados con el trabajo.

BRASIL, ACCEDIENDO A LA TECNOLOGÍA

Dora Miranda, es coordinadora ejecutiva del Comité para la Democratización de la Informática (CDI) en Brasil, cuya existencia data de hace 11 años.

Pionera, como ella considera a su organización, en promover la incursión digital con miras a la inclusión social de personas de comunidades de bajos ingresos, ubican escuelas de informática en estas comunidades, donde funcionan como un espacio no formal porque los alumnos estudian en otros lados.

Utilizan la informática como una herramienta para promover talleres con diversos temas que varían de acuerdo a las necesidades de cada comunidad, que pueden ir desde embarazo adolescente, hasta la violencia, por ejemplo.

Actualmente, a decir de Miranda, las CDI tienen presencia en 965 comunidades del mundo, en Brasil casi en todos los estados, en Argentina y países de América Latina, Colombia, Chile, Argentina y Uruguay. En México, existen 30 escuelas en igual número de comunidades indígenas.

El objetivo es reintegrar a las y los niños y jóvenes a las nuevas tecnologías de la información, disminuyendo los niveles de exclusión social, promoviendo la ciudadanía, la alfabetización, la ecología, la salud, los derechos humanos y la no-violencia.

La mayoría de las comunidades que atiende el CDI están dirigidas por mujeres: el 60 por ciento de las alumnas son mujeres, 65 por ciento no tienen ingresos y el restante gana entre uno y dos salarios mínimos para vivir (104 dólares por día). La mayor parte de los alumnos son jóvenes de entre 10 y 18 años.

EL CASO VENEZUELA

Angélica María Rosales forma parte de la Asociación Civil Fomento para el Desarrollo Popular en Venezuela que tiene 20 años apoyando a los sectores populares de las áreas urbana y rural de este país.

Actualmente tienen un banco comunitario de mujeres y trabajan en otras áreas como vivienda, hábitat y desarrollo sustentable, así como en programas de habilitación física en zonas de barrio.

La mayoría de las personas que conforman la asociación civil comunitaria son mujeres, son ellas las que toman las decisiones en base a las necesidades que tienen en su comunidad.

«Se trabaja con la gente», hombres y mujeres trabajan con 72 comunidades a nivel nacional y 23 municipios en 12 estados de Venezuela. Entre sus principales benefactores se encuentran Coca Cola, Cola, Procter Gamble, Kraft, con quien tienen un proyecto con mujeres en el área de producción de alimentos.

Como en la mayoría de los países centroamericanos y de América Latina, la necesidad primordial es en las áreas de educación y empleo, principalmente porque son comunidades que quedan muy retiradas de la zona urbana y carecen de medios de transporte.

06/LG/LR

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