Con la presentación de proyectos y experiencias de grupos de mujeres que se han organizado para tener acceso al agua y saneamiento en distintas partes del mundo, se inició hoy aquí la Segunda Conferencia Internacional de Trabajo de Mujeres por el Agua (WfWfW, por sus siglas en inglés).
Los casos expuestos dejaron en claro nuevamente que son las mujeres quienes más sufren por la falta de acceso al agua potable y saneamiento, y cómo han encontrado soluciones, ya sea mediante la formación de cooperativas, el desarrollo de tecnologías propias y la búsqueda de financiamiento.
Construcción de sanitarios secos en Rumania, saneamiento de pozos colectivos y mejoramiento de las redes de distribución en Ucrania, creación de comités de agua en Surinam, instalación de tanques de almacenamiento y reactivación de la agricultura en Filipinas son algunos ejemplos de cambios introducidos por mujeres en sus comunidades.
La mayoría de los casos se ubica en zonas rurales, donde el acceso al agua potable, drenaje e instalaciones sanitarias no es costeable para los gobiernos, porque se trata de pequeñas comunidades de no más de mil habitantes, y porque, generalmente, los presupuestos se agotan en las grandes urbes.
La mayoría de los proyectos expuestos está en la etapa inicial y recibieron el primer impulso el año pasado, durante la Primera Conferencia de Trabajo de Women for Water, organización que enlazó a los grupos de mujeres que tenían algún problema de agua con especialistas en la materia que comenzaron a darles asesoría.
«Pero no lo hacemos de arriba para abajo, porque eso no funciona. Buscamos un socio que les pueda ayudar, hacemos este tipo de conferencias de trabajo y tratamos de que las comunidades se involucren y sean actores de su propio desarrollo», explicó Alice M. Boumann, presidenta del Comité Ejecutivo de WfWfW.
Lo más fácil, consideró, es darles la tecnología y los recursos, pero entonces el proyecto no es sostenible porque no es propiedad de la gente.
«Nosotros somos socios, un factor igual de importante que ellos, ellos saben cuáles son sus problemas, qué es lo que quieren, y en discusión conjunta podemos llegar a saber cuál es la mejor solución», explicó.
Esta interacción con las comunidades es lo que en muchas ocasiones les falta a los gobiernos en la toma de decisiones, pues muchas veces las autoridades aplican las que creen son las mejores soluciones y, finalmente, no le sirven a la gente, afirmó Bouman.
«Lo que se presenta en este tipo de conferencias no son las soluciones por las que se han pagado grandes sumas de dinero, son las que han hecho mujeres. Las mujeres hacen grandes cosas con presupuestos pequeños», sostuvo.
No es tampoco que las mujeres sean mejores que los hombres, sostuvo, pues ambos son complementarios y deben trabajan juntos para lograr el éxito, aclaró.
Para ella, el balance, a cinco años de creada WfWfW, es favorable, pues las mujeres que han buscado soluciones a sus problemas de agua han ganado experiencia y la confianza de que pueden hacerlo. «Lo hacen y en algunos meses pueden lograr resultados y eso es desarrollo sostenible».
Informó que, como parte de la Coalición de Mujeres, Women for Water estará presente también en las rondas ministeriales del foro Mundial del Agua, con una representante en cada mesa de trabajo, para exponer la visión de las mujeres sobre el agua.
Finalmente, invitó a todas las Organizaciones Sociales de mujeres que tengan un problema con el agua a que acudan mañana al hotel Ejecutivo de esta ciudad para que puedan ser canalizadas con expertos que pueden orientarlas
06/LG/LR
