El presupuesto de un país desde una perspectiva de género es una iniciativa por la cual el gobierno planifica la asignación de fondos públicos y servicios en atención a los derechos económicos y sociales de las mujeres, con miras a disminuir la desigualdad entre ellas y los hombres.
Al analizar la propuestas de egresos en México, se puede comparar con el presupuesto del año anterior para ver cómo se gastaron los fondos realmente, de dónde se obtuvieron, si estuvieron destinados a mejorar la situación de las mujeres, qué servicios proporcionaron y qué impactos tuvieron estos en mujeres y hombres.
A mediados de los años 80, Australia fue el primer país en aplicar un presupuesto con enfoque de género como consecuencia de la llegada de un gobierno comprometido con la justicia social, y particularmente con la justicia para las mujeres, según datos del Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer (Unifem).
Activistas del movimiento australiano de mujeres participaron en el gobierno, y comprometieron al Ministerio de Finanzas a considerar la situación de las mujeres. Durante la presentación del presupuesto ante el Parlamento y todas las instancias del gobierno que solicitaban fondos, las feministas obligaron a las autoridades económicas de la isla a explicar cómo se destinarían los recursos para mejorar la situación de las mujeres.
Con el fin del apartheid, Sudáfrica se convirtió en el segundo país en aplicar ese tipo de medidas económicas. Una iniciativa de mujeres parlamentarias, de organizaciones no gubernamentales y de institutos de investigación, tras analizar el presupuesto, apoyaron a las diputadas para presionar al Congreso y obtener políticas económicas y sociales tendientes a disminuir las desigualdades, especialmente de las mujeres negras y pobres.
Al signar la Plataforma de Acción de la Cuarta Conferencia de la Mujer (Pekín, 1995), 180 países, entre ellos México, se comprometieron a introducir esta misma herramienta al calcular sus gastos anuales. Hasta hoy, poco más de 20 países cumplieron.
En México, diputadas de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados exigieron el pasado 20 de diciembre un incremento en los recursos destinados para la atención y apoyo a las mujeres, en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal del año 2002. Ellas solicitaron:
-Incrementos sustantivos en los programas de prevención y control de cáncer cérvico uterino, capacitación laboral y desarrollo de programas productivos.
-En los programas de vivienda de las dependencias federales se etiqueten recursos y créditos destinados a favorecer a las mujeres.
-Restablecer el Programa Nacional contra la Violencia Intrafamiliar (PRONAVI).
-Exigir a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público congruencia en la asignación de recursos.
-Que los recursos sean desagregados por sexo y edad en los programas de la población.
-Que en los programas que no estén orientados a las mujeres se especifique un porcentaje destinado a promover la equidad de género.
-Que los programas dirigidos a promover proyectos productivos se reincorporen a la Secretaría de Desarrollo Social y a la de la Reforma Agraria, ya que es éstas se cuenta con la estructura operativa para su aplicación y seguimiento.
Sin lugar a dudas, este es un gran esfuerzo de legisladoras y de grupos sociales de mujeres para que el presupuesto sea destinado con equidad de género y transparencia. Desafortunadamente, el Presupuesto de Egresos 2002 no tomó en cuenta el compromiso de México con la ONU y la población femenina, aunque las impulsoras de esta iniciativa reconocen que será una tarea larga y ardua.
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