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Pretenden quitar licencia médica por enfermedad de hijos

Por la Redacción

Una propuesta del presidente chileno Ricardo Lagos para disminuir el gasto público modificando el actual sistema de beneficios maternales para las mujeres trabajadoras ha generado una fuerte polémica en el país.

Aduciendo que la práctica actual se presta para abusos y que es necesario realizar un ajuste presupuestario, el mandatario anunció que el actual periodo postnatal de 84 días podrá extenderse voluntariamente hasta 147 (42 días extras y 21 traspasados del pre natal).

A cambio las mujeres deberán renunciar al beneficio maternal de licencia médica por enfermedad grave del hijo o hija menor de un año. Si el o la infante llega a enfermarse durante ese periodo, las mujeres tendrán que negociar directamente con su empleador/a para tomar días de vacaciones o permiso sin goce de sueldo.

La propuesta fue rechazada casi inmediatamente por organizaciones femeninas, gremios de la salud y un importante sector de parlamentarios de la coalición gobernante, la Concertación.

El senador Mariano Ruiz Esquide, de la Democracia Cristiana, dijo que le parecía «una barbaridad sanitaria» que se deje sin protección a los hijos e hijas enfermas y que se obligue a las madres a optar entre alargar el pos natal o mantener el beneficio de la licencia.

El parlamentario calificó la modificación como «una torpeza» que terminará perjudicando a los sectores más desposeídos. «El hilo se terminó cortando por lo más fácil, que es restringir los derechos de las trabajadoras. El gobierno cree que la enfermedad de los menores de un año es un tema presupuestario y al parecer se les olvida que es un tema de salud pública», agregó.

Por su parte, el diputado Enrique Accorsi, presidente de la comisión Salud de la Cámara Baja y ex cabeza del Colegio Médico, estimó que aumentar el pos natal a cinco meses es una medida correcta, ya que la medicina considera que el infante debe alimentarse de leche materna por mínimo seis meses para asegurar su sistema inmunológico. Pero calificó de error condicionar este beneficio al retiro de otro.

«La nueva modalidad podría generar un aumento importante en las hospitalizaciones de menores, siendo que en el modelo vigente la madre lo hace en su casa», explicó el médico, quien agregó que finalmente la reforma podría acarrear nuevos gastos para el Estado.

Más tajante fue el presidente de la Confederación de Funcionarios de la Salud Municipalizada (Confusam), Esteban Maturana, que catalogó la reforma como una «inmoralidad». Añadió que «a los menores se les puso como moneda de cambio por los problemas de caja fiscal».

Por otro lado, Adriana Goméz, de la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe, aseguró que «es una vergüenza que el gobierno tenga esta actitud con las trabajadoras que en este país se atreven a ser madres. Nos es posible que el Estado se desvincule de su responsabilidad social con la protección del salario maternal, histórica conquista laboral de las mujeres».

La dirigenta dijo que la baja en la tasa de la natalidad en Chile es producto del desincentivo a la maternidad «por parte de los mismos sectores que tienen el mandato a protegerla» y llamó a las organizaciones de mujeres a manifestarse en contra de esta propuesta.

AHORRO ESTATAL Y PRIVADO

En Chile el Estado cubre las licencias médicas por embarazos tanto de las cotizantes del sistema público como del privado, a través del dinero que obtiene de la recaudación tributaria. Pero una vez que la madre termina su pos natal, los nuevos permisos son pagados por el sistema al que pertenece.

Son especialmente las isapres, empresas prestadoras de servicios de salud, las que han manifestado su molestia por el uso del beneficio maternal por enfermedad de un hijo o hija menor de un año. En los últimos once años, esta licencia creció en un mil 377 por ciento. Sólo durante 2002 el gasto por este tipo de beneficio ascendió a 91 mil millones de pesos, aproximadamente.

El 54 por ciento de estos permisos médicos es por reflujo gastroesofágico, patología que implica el retorno involuntario del contenido del estómago hacia el esófago, provocando regurgitación o vómitos en los y las menores. Los reflujos severos exigen el cuidado de un adulto responsable o de la madre del niño o niña.

Al ser una enfermedad difícil de comprobar, muchos médicos entregan licencia bajo esta figura para que la madre pueda pasar más tiempo con su hijo o hija, provocando una distorsión en el sistema.

Por esta misma razón, el Ministerio de Salud creará además un listado de enfermedades graves que ameriten este beneficio maternal. La idea es considerada absurda por los gremios de la salud, ya que, según ellos, cualquier dolencia puede tornarse grave en un menor de un año y requerir del cuidado materno.

Los y las profesionales sanitarios aseguran que la verdadera solución pasa por mejorar la fiscalización de las licencias que se entregan, que las isapres no sean juez y parte en la decisión de disminuirlas, y que si el Estado necesita reducir gastos busque por otros flancos, pero que no castigue la maternidad.

2003/MH/MEL

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