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Prioriza Irlanda vida del feto sobre la salud de las mujeres

Por la Redacción

El informe “No es ninguna delincuente. Las consecuencias de la legislación sobre el aborto en Irlanda”, elaborado por Amnistía Internacional (AI), documenta casos en los que el gobierno del país europeo negó a mujeres y niñas la atención de la salud que necesitaban y dio prioridad a la vida del feto, protegida por una enmienda constitucional en 1983.
 
La ley sobre el aborto en Irlanda, que sólo permite la interrupción del embarazo si la vida de la mujer corre peligro, es una de las más restrictivas del mundo, y obliga cada año a por lo menos 4 mil mujeres y niñas a viajar fuera del país para someterse a un aborto, con un considerable costo mental, económico y físico.
 
Las mujeres y niñas que no pueden viajar se quedan sin acceso al tratamiento médico que necesitan, o se arriesgan a sanciones penales si se someten a un aborto ilegal en Irlanda.
 
“El reciente referéndum sobre Igualdad en el Matrimonio mostró un país que se siente orgulloso de ser una sociedad abierta e inclusiva, pero no todo está bien en la República de Irlanda. Los Derechos Humanos de las mujeres y niñas se violan a diario debido a una Constitución que las trata como si fueran vasijas fecundadoras”, afirmó Salil Shetty, secretario general de AI.
 
“Las mujeres y niñas que necesitan un aborto son tratadas como delincuentes, son estigmatizadas y se ven obligadas a viajar al extranjero, pagando un grave precio en su salud mental y física. El Estado irlandés no puede seguir ignorando esta realidad y el terrible impacto que tiene en miles de personas cada año”, advirtió Shetty.
 
El informe presenta el testimonio de mujeres que se han sometido a abortos en el extranjero, algunas de las cuales sufrieron abortos espontáneos, pero se vieron obligadas a llevar dentro de su cuerpo un feto muerto o inviable durante semanas con la vana esperanza de obtener en Irlanda la atención de la salud que necesitaban.
 
Róisín se vio obligada a llevar un feto muerto durante semanas porque los médicos querían estar absolutamente seguros de que el corazón del feto no latía.
 
Róisín dijo a AI: “No me inclinaría a confiar en los servicios para mujeres de este país en este momento”.
 
Lupe, que llevó en su cuerpo un feto sin latido durante 14 semanas, dijo a AI que tuvo que viajar a su país de origen, España, para recibir un tratamiento médico adecuado: “No me sentía segura en absoluto (…). Me sentía realmente asustada porque tenía claro que, si surgía alguna complicación, esa gente me dejaría morir”.
 
Pero la atención preferente al feto implica que no sea sólo a las mujeres que intentan someterse a un aborto a las que se niega la atención de la salud.
 
Personal de salud negó a Rebecca H., que estaba gravemente enferma, una cesárea por miedo a que perjudicara al feto. En cambio, la obligó a soportar 36 horas de parto diciendo que su trabajo era “velar por el bebé, el bebé es lo primero”.
 
Rebecca dijo a AI: “Temería por mi vida en caso de tener otro hijo en Irlanda”.
 
El doctor Peter Boylan, tocólogo, ginecólogo y ex director y director clínico del National Maternity Hospital de Irlanda, dijo a AI en relación con la “cuerda floja” legal y ética por la que se ve obligado a caminar el personal médico: “En virtud de la ley actual debemos esperar hasta que las mujeres están lo bastante enfermas para poder intervenir. ¿Hasta qué punto hemos de acercarnos a la muerte? No hay respuesta para eso”.
 
LEY DE LAS MÁS RESTRICTIVAS
 
Irlanda es el único país de Europa –aparte de Andorra, Malta y San Marino– que prohíbe que las mujeres se sometan a un aborto incluso en caso de violación, malformación grave o fatal del feto, o riesgo para su propia salud, algo que es su Derecho Humano en virtud del derecho internacional.
 
La legislación irlandesa incluso tipifica como delito que médicos y orientadores den a las mujeres información completa sobre qué tratamiento necesitan y cómo acceder a un aborto sin riesgos.
 
Médicos y orientadores externaron su frustración ante la Ley de Regulación de la Información, que grupos humanitarios demandan que Irlanda revoque.
 
“Las draconianas leyes de Irlanda han creado un clima de miedo en el que los orientadores pueden ser multados por decir a las mujeres cómo buscar atención médica, y en consecuencia algunas mujeres evitan totalmente a los médicos”, explicó Colm O’Gorman, director ejecutivo de AI-Irlanda.
 
“Irlanda hace la vista gorda cuando las mujeres viajan al extranjero para someterse a un aborto, y es indiferente al sufrimiento que ello implica. Condena a las débiles, pobres y vulnerables que no pueden viajar a convertirse en delincuentes por tomar decisiones sobre su cuerpo, decisiones que a veces son una cuestión de vida o muerte.
 
“Irlanda debe enmendar la Constitución y eliminar la protección del feto. Esto tiene que suceder con urgencia, ya que las leyes actuales ponen en peligro cada día vidas de mujeres y niñas”.
 
AI lanzó una campaña para pedir a Irlanda que modifique su ley y así las mujeres y niñas puedan someterse a un aborto en esos casos, como mínimo. Por ello, la organización invita a participar en la ciberacción #NoEsUnaDelincuente.
 
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