Rogelio Gómez Hermosillo, Coordinador Nacional del Programa Federal Oportunidades, reconoció que los programas sociales no son suficientes para erradicar la pobreza y tampoco deben ser un paliativo contra ésta.
Si se da continuidad a los programas y se lleva a cabo una evaluación correcta de su funcionamiento y su impacto a mediano plazo, pueden funcionar como una medida eficaz de erradicación de la pobreza, anotó.
Gómez Hermosillo participó en el Foro Internacional de Pobreza y Exclusión Social, organizado por jóvenes de diferentes corrientes políticas, conjuntamente con la Fundación Friedrich Ebert.
En el evento participaron especialistas en el tema, quienes dejaron claro que la pobreza no sólo es la falta de recursos económicos sino de acceso a la educación, la salud y a otras oportunidades y en los últimos años ésta se ha urbanizado.
Reunidos en un céntrico hotel capitalino, Carolina Vigiano, diputada federal y Magdalena García Cervantes, de Milenio Feminista, coincidieron que la globalización no se ha combinado a la par con la competitividad, lo que ha provocado que el fenómeno de la migración se agudice cada vez más.
La pobreza –dijeron-, es sinónimo de exclusión, desnutrición, enfermedades y deserción escolar por lo que insistieron, los programas para combatirla no son suficientes, toda vez que se requieren programas de inclusión social y de lucha contra la desigualdad.
Sobre la feminización de la pobreza, García dijo que a pesar de que la brecha educativa es cada vez menor entre niñas y niños y las mujeres tienen más «poder» en la toma de decisiones, éstas últimas continúan siendo las más pobres de las pobres.
Aseguró que el modelo económico presente en la mayoría de los países latinoamericanos -incluyendo a México-, ha provocado que recortes o ajustes al presupuesto en los servicios que debe ofrecer el Estado como son la atención a la salud, la educación y el cuidado de ancianos, siendo las mujeres las que reciben la peor carga.
Son ellas, anotó, quienes tienen que cuidar de los enfermos ante la reducción de presupuestos que otorga el Estado. La carencia de guarderías, la reducción de los horarios escolares y la falta de asilos, también inciden para que las mujeres tengan otras cargas de trabajo como son el cuidado de enfermos y de los hijos.
2004/LG/GV/SM