La Organización Mundial de Comercio (OMC), es una farsa y debería ser sustituida por una nueva instancia mundial como Naciones Unidas, que tome en cuenta a las organizaciones no gubernamentales, consideró hoy aquí la guatemalteca Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz.
Entrevistada por la agencia IPS en el marco de la Quinta Conferencia Ministerial de ese organismo que inició en ese centro turístico el miércoles pasado, Menchú consideró que la OMC ofrece sólo «migajas y ofertas huecas» a la sociedad civil organizada, que debería integrar un consejo consultivo del organismo.
Menchú, quien encabeza una fundación internacional que lleva su nombre, señaló que desconoce a los grupos civiles acreditados ante la OMC. «No conozco quiénes son, ni qué hacen, ni nada».
Calificó como «irresponsables y despistados» a los activistas que realizan protestas violentas y aseguró que «yo sólo conozco que del otro lado, en las calles de Cancún están dialogando pequeñas cooperativas que participan en el comercio justo, campesinos pobres, estudiantes y mujeres».
Señaló que la OMC no escucha a la sociedad civil organizada ni a los campesinos que sufren y vaticinó que el encuentro terminará sin acuerdos, lo que «puede mover el piso a la OMC, que hoy tiene una estructura que da mucho poder a ricos y (empresas) transnacionales».
«La OMC tiene que cambiar y ser sustituida por otro organismo similar a la ONU (Organización de las Naciones Unidas), donde muchos grupos sociales sí tenemos un espacio y se nos otorga carácter consultivo. Hoy, si no eres ministro, en la OMC no tienes ninguna capacidad de canalizar propuestas o iniciativas de diálogo», aseguró.
Consideró que de Cancún saldrá fortalecido el trabajo de las organizaciones civiles y los activistas. Habrá un fortalecimiento de su trabajo, de su agenda, lo cual derivará en un aumento de su influencia y fuerza. Sólo la sociedad civil organizada podrá derrumbar a organizaciones como la OMC, que son una farsa, destacó.
Estimó que el suicidio del dirigente campesino coreano, Kyunghai Lee tergiversó la lucha de las organizaciones civiles y que los activistas violentos son el resultado de la violencia que está institucionalizada en el mundo, donde el terrorismo se combate con más terrorismo.
2003/MES/MEL