Mientras especialistas en geriatría discuten lo que para ellos es la mejor forma de atender a las personas de la tercera edad, como asilos o «guarderías» diurnas en un foro en Cuernavaca, adultos mayores rechazaron ser recluidos y se pronunciaron por la creación de granjas donde sus productos puedan ser comercializados.
En el segundo y último día del Foro Nacional Envejeciendo en la Pobreza, Género Salud y Calidad de Vida, especialistas en la materia y personas de la tercera edad debatieron acerca de los modelos de atención para las y los ancianos del país: los asilos, cuyo modelo de atención es cuestionado por los propios ancianos.
Los ancianos presentes en el foro rechazaron las propuestas de ser recluidos en un asilo por considerar que es como encarcelarlos, por lo que propusieron la creación de granjas donde sus productos puedan ser comercializados, lo cual significaría mantenerlos en activo y lograr recursos para su manutención.
Maximino Cellis, dector general del Centro de Investigaciones y Estudios de Geriatría y Gerontología, informó que existen 411 asilos para personas de la tercera edad y discapacitados en el país según cifras del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), que son operados por la iniciativa privada ya que los espacios públicos no son contabilizados por el Instituto.
En opinión de Cellis los asilos son necesarios para las personas mayores, en especial cuando rebasan los 80 años de edad, pues son totalmente dependientes.
Sin embargo, no descartó la posibilidad de otro tipo de instancias similares a las guarderías para infantes, donde la población en la senectud pudiera permanecer en horarios diurnos.
En forma contraria , Marcos Mata, presidente de la Asociación Pro-dignificación del individuo de la tercera edad (Aprodite) opinó que la gente se deteriora con mayor rapidez en los asilos, por lo que recomendó su inserción en la vida social y económica del país.
Dijo que las y los ancianos requieren de espacios donde reciban incluso terapias psicológicas, ya que es en este ciclo de la vida cuando presentan mayores trastornos emocionales, como la depresión.
Comentó que desde la experiencia de la organización no gubernamentales para la conservación de la salud y profundizar en Aprodite, es necesario educar las enfermedades crónico degenerativas que presentan los adultos mayores.
El especialista señaló que es necesario que los adultos mayores retomen su papel de jerarcas, ofreció como alternativa a los asilos casas de día y de labor que permita a la población vieja incrementar su calidad de vida. Se trata de casas familiares donde los adultos mayores permanezcan activos y con responsabilidades a su cargo.
Por su parte Nellys Salgado de Snayder, directora de Salud Comunitaria y bienestar del Instituto Nacional de Salud Pública, consideró una alternativa el apoyo de redes sociales para la atención de los adultos mayores.
En tanto Rosalía Rodríguez, coordinadora nacional del programa de envejecimiento del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), estimó que la familia continúa siendo el sitio más importante para el cuidado de las personas envejecidas y frágiles.
En este último día de actividades del foro, se presentó el Vídeo documental y el libro Envejeciendo en la Pobreza, Género Salud y Calidad de Vida, que a partir de marzo del 2004 serán distribuidos de manera gratuita, principalmente en escuelas y facultades de medicina, así como entre las organizaciones de la sociedad civil.
Según el Censo General de Población realizado en el año 2000 por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), ese año había en México cuatro millones 750 mil 311 personas mayores de 65 años de edad.
De ellos dos millones 206 mil 953 eran hombres y dos millones 543 mil 358 eran mujeres.
2003/SM/MEL
