Fue un acto de apoyo y fortaleza… mujeres del ámbito académico, la cultura, el espectáculo y del activismo por los derechos de las mexicanas –el feminismo ilustrado, pues– le manifestaron hoy su respaldo pleno a la ex presidenta nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Rosario Robles Berlanga.
«¿Por qué no discutimos sobre los señores políticos? de Roberto Madrazo y Luis Felipe Bravo Mena no se habla, mientras que a las mujeres se nos golpea políticamente», demandó -de buen semblante- la ex jefa de gobierno del Distrito Federal ante unas 30 señoras que la agasajaron con un desayuno en un exclusivo restaurante italiano en el barrio sureño de San Angel.
Tras la renuncia de Robles el pasado sábado a la dirección del PRD, mujeres feministas como Sara Sefchovich, Marta Lamas, Teresita de Barbieri, María Consuelo Mejía, Elena Poniatowska, Regina Orozco y Eugenia León, entre otras, celebraron a la política proveniente del sindicalismo universitario por su «acertada» decisión de dejar tal cargo en un partido enfrascado en interminables pugnas internas.
La apapacharon, es cierto, pero también le preguntaron sobre el futuro que le espera a una de las mujeres políticas favoritas del movimiento civil por los derechos femeninos.
Entre café y café, probadas de frutas tropicales, y el aroma de los omelets con queso mezclado con el del tabaco, la directora del Instituto Simone de Beavouir, Olivia Gall, inquirió a la perredista: «Rosario, ¿qué tanto te van a bloquear los grupos del PRD en tu carrera política?». Otra voz femenina alcanzó a proferir una duda existencial: «¿Y ahora qué hacemos?».
Rosario, con la tranquilidad de haber tomado la decisión correcta, dijo: «No me puedo desaparecer». Para luego enfatizar que se siente con fuerza propia, y en tono agradecido celebró «que ahora sí voy a poder ir a Ciudad Juárez» para participar más activamente por el fin del asesinato de mujeres en esa localidad fronteriza con Estados Unidos.
El diálogo fluyó como un río sin prisa y de modo informal. Por si de pronto aparecía la solemnidad, la actriz Jesusa Rodríguez –quien siempre estuvo sentada al lado de Robles– se encargó de amenizar y hacer reír a las asistentes con sus ocurrencias.
«La verdad Rosario es que te opacó Elba Esther (Gordillo) y por eso te enojaste», gritó la dueña del centro cultural El Hábito, y quien esta mañana iba con un atuendo verdaderamente globalizador: huipil de lana negra, bolsita «jipiteca» al hombro, y su pantalón de mezclilla blanco rematado por unos internacionales tenis «Converse» del mismo color.
Jesusa no dejó de repetir que Rosario debería ser la candidata a la presidencia en 2006 en representación del movimiento feminista. «O ya de perdis pa’l 2012», aclaró.
En la charla, Robles habló del endeudamiento de su partido («que no es ilegal y de por sí ya estaba endeudado»), de los ataques de los que fue objeto tras la elección del seis de julio e incluso de los cuestionamientos que recibió por haber llegado en un aparente proceso irregular a la presidencia del sol azteca en 2002.
Remarcó que fue el mejor momento de renunciar a la dirección partidista: «Me alejé para no aparentar que había unidad, y para no hacer daño al partido. Estaba pagando un precio alto y no quise ser la salvadora, la responsabilidad es de todos».
Finalmente, tras los bocados de «pane alle olive» y «ciabattina della salute», Marta Lamas propuso la creación de dos o tres comisiones para establecer una «plataforma de apoyo» hacia Robles Berlanga.
La próxima cita de las feministas ilustradas con Rosario se acordó para el tres de septiembre en El Hábito («En donde amenizará Chavela Vargas», propuso Jesusa Rodríguez en medio de aplausos y risas).
2003/RM/MEL
