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Prostitución única forma de alcanzar el sueño americano

Por Martha Taracena

Son ilegales en busca del sueño americano estancadas en una urbe de contrastes que sirve como puerta del camino que tendrán que recorrer hacia Estados Unidos. Son prostitutas en Ciudad de Guatemala.

Han llegado a la capital chapina procedentes de diversos lugares de Honduras, Nicaragua y El Salvador y la sombra de la noche les sirve para disimular sus lánguidas formas, sus cuerpos maltrechos y sus rostros sepultados por capas de maquillaje. Lo que no les permite ocultar es su objetivo, la venta de su cuerpo en 30 minutos o una hora de placer.

Están a la vista de toda la ciudad, pero eso no les interesa mientras en una esquina hablan de cómo fueron asaltadas al cruzar Agua Caliente e iniciar su indocumentado recorrido a través de la nación vecina, o de cuánto dinero deben recolectar para seguir adelante, hacia México.

El año pasado, diario La Prensa comprobó la clase de abusos a los que son sometidas las ilegales en su viaje en busca de los dólares. Robos, violaciones y hasta la muerte aguardan a quienes intentan ingresar por el hueco.

Pese a ello, las mujeres se atreven y prueban suerte para no pagar los cuatro mil o cinco mil dólares que cuesta la contratación de un coyote; que las lleve desde Honduras hasta Chicago, Miami, Nueva York o Los Ángeles.

Las indocumentadas prefieren hacer la primera parte del viaje por sus propios medios, enfrentando las vejaciones que traen los caminos de extravío por los que evaden las autoridades migratorias y policías y en donde quedan a expensas de los delincuentes, quienes actúan sin miramientos.

Ciudad de Guatemala es entonces la primera estación del vía crucis, una vez que se ha pasado por Esquipulas y antes de seguir hacia Tecún Umán, en la frontera con la nación azteca.

La ciudad es como una isla de salvación, que por ser el hogar de más de dos millones de personas, es usada por los mojados; para recuperar fuerzas y obtener dinero para continuar la travesía. El mejor lugar para ganar quetzales, por increíble que parezca, es la calle.

DESEO NOCTURNO

Es lunes, en la zona 9 de la capital, un área de oficinas y negocios, los grupos de sexo servidoras se empiezan a formar en las esquinas desde las 7.30 de la noche.

Blusas que dejan entrever más de lo esperado, minifaldas coloridas que por milímetros logran proteger el pudor y sandalias de tacón alto que resaltan las piernas, conforman el atuendo de quienes esperan la llegada de un auto y de sus ocupantes para iniciar una noche de diversión.

Son 200 quetzales -unos 450 lempiras- por media hora de sexo oral, vaginal y posiciones-. Responden mientras empiezan a explicar el menú nocturno que incluye algunas promociones.

Si se quiere con más de una, entonces le cobramos más barato-. De poco sirve preguntar si hay catrachas en el grupo. En Guatemala, todas son chapinas. Un ilegal en tierra ajena busca protegerse y confundirse con el ambiente. Incluso algunas disimulan con rapidez un sí vos que se ha escapado furtivamente de su boca, y lo cambian por el característico sí pues del país vecino.

La noche fría disminuye la cantidad de clientes en busca de servicio y eso hace que algunas trabajadoras comerciales del sexo, como las llaman las organizaciones no gubernamentales que se interesan en el tema, puedan promover sus artes por menos dinero y no exijan un lugar para estrechar relaciones.

Podemos hacer sexo oral aquí en el carro, si no quiere ir a otro lugar. El dinero es la justificación de su actividad, es el motivo por el que permanecen en la calle, y por él buscan cualquier solución para las justificaciones de los clientes indecisos.

Una de esas promotoras de placer se hace llamar Susana y su experiencia inició al cruzar sin documentos la frontera. Su ingreso lo realizó a través de Agua Caliente, pero detiene su relato porque no le interesa contar su historia, sino los quetzales que pueda lograr. El sueño americano la llama y ella quiere seguir su camino al norte así sea a costa de su cuerpo.

REACCIONES CONTRA LA PROSTITUCIÓN

La zona nueve no es el único sector de Guatemala en donde el placer se alcanza fácilmente. Según el vocero de la Policía Nacional Civil, Carlos Caljú, en la capital existen por lo menos dos mil bares y centros nocturnos en donde se ejerce la prostitución. Esos lugares están distribuidos en toda la capital.

Tenemos identificadas la zona uno, dos, cuatro, nueve, 10, 12, 18 y 19, pero sabemos que también existe en otras áreas en donde se prostituyen personas, pero en menor escala. Se puede decir que en Guatemala, el tránsito migratorio se relaciona con la prostitución, porque muchas mujeres se quedan sin dinero, ya sea porque las roban o porque salen con muy poco de sus lugares de origen.

En Guatemala no existe legislación contra la prostitución y la única arma que tienen las autoridades para combatir el fenómeno son los operativos combinados que realizan funcionarios de Migración, Policía, Ministerio Público y organizaciones no gubernamentales.

Cuando hacemos los operativos hallamos a jóvenes que están trabajando en Guatemala sin documentos o con visas de turismo, que no les dan derecho a efectuar actividades remuneradas en nuestro territorio. Esa sí es una falta, y muchas veces es por eso que se realiza de la deportación, explica Caljú.

Guatemala es el puente más próximo a México y vemos con preocupación el aumento en la cantidad de personas que emigrarán debido a las crisis económicas, políticas y sociales en cada país.

Estamos en un proceso de apertura de fronteras y por eso debemos redoblar la vigilancia en el paso de personas porque en la actualidad tenemos muy pocos controles y poca cantidad de personas y vehículos. Tengo dos meses de estar aquí y ése ha sido el enfoque que el presidente Berger me ha encargado,
complementa el director de migración, Fernando Sosa.

Pero mientras los controles apenas se empiezan a implementar, Guatemala se fortalece como un paraíso sexual centroamericano sostenido por las penalidades de decenas de hondureñas que esperarán una vida mejor en una esquina de la capital chapina.

CLAVES DEL PROBLEMA

En los primeros 114 días del año, la Dirección General de Migración de Guatemala realizó la deportación de más de 73 hondureños, 71 mujeres y dos hombres. Todos fueron expulsados por estar realizando actividades remuneradas y encontrarse ilegalmente en el país. Los casos de indocumentadas que más proceden son de ciudadanas de Honduras, El Salvador y Nicaragua, quienes tratan de ocultar su nacionalidad.

Análisis sociológicos demuestran que la prostitución se extiende a lo largo de la ruta que siguen los ilegales para llegar a México. Las zonas en las que el fenómeno es más evidente son Mixco, Vida Nueva, Escuintla, Mazatenango, Retalhuleu, Coatepeque, Tecún Umán. También ha aumentado en los departamentos de Izabal y Zacapa, ya que algunas hondureñas toman la ruta de Petén en su viaje a Estados Unidos.

2005/SJ

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