Verónica Acacio, abogada de 23 niñas que fueron abusadas sexualmente en Cancún por Jean Succar Kuri, empresario de 60 años de edad de origen libanés, calificó hoy como «un circo» la forma en que la justicia de Quintana Roo ha manejado el caso ya que filtró la identidad de las víctimas a los medios y permitió que huyera el pederasta.
Entrevistada por el periodista Ricardo Rocha en la primera emisión de Detrás de la Noticia, Acacio rechazó la condena social generada hacia una joven de 19 años de edad, quien tuvo el valor de denunciar ante las autoridades los abusos a que fue sometida desde los 10 años de edad por Succar Kuri, y a la que ahora se intenta hacer ver como cómplice del empresario.
La denuncia de la joven destapó otros casos similares –23 hasta ahora- y ha generado opiniones encontradas en la sociedad mexicana, parte de la cual culpa a las menores por haber recibido dinero de su agresor, opinión que ha sido alentada por algunos medios de información.
Succar y su esposa, quienes tienen cuatro hijos varones, se acercaban a familias pobres de Cancún a las que ofrecían proteger a sus hijas mujeres bajo el argumento de que no habían podido procrear niñas. Ganaban su confianza y luego de hacerles varios regalos llevaban a las menores a su casa, donde abusaban de ellas de todas las formas y grababan películas de ello.
La abogada reveló que para las autoridades estatales, como la joven denunciante ya es mayor de edad, tenía la lucidez y conocimiento para permitir los abusos de Succar Kuri.
«Pero se les olvida que en el perfil psicológico de las personas abusadas sexualmente hay una serie de riesgos, estamos hablando de un hombre poderoso que puede jactarse de que a ella nadie le iba a creer, que le decía que tenía la autoridad en sus manos», afirmó la defensora.
Precisó que las menores abusadas sexualmente detienen su maduración emocional, por lo que la edad real de la denunciante es mucho menor a la cronológica.
«Ella no ha tenido un desarrollo emocional por el abuso al que fue sometida desde los 10 años. Su edad emocional no le permite disfrutar de su adolescencia como a cualquier otro niño, ella no tiene la madurez para entender lo que le sucedió», aseguró Acacio.
Denunció que en lugar de atrapar al pederasta, a quien prácticamente ayudaron a escapar, las autoridades estatales victimizan una y otra vez a estas menores y a la denunciante, quien debería ser una heroína ante la sociedad.
«No hay una atención a la victima, parece que la ley esta hecha para el agresor, las mujeres son culpabilizadas cuando son violadas porque usan minifalda, y en este caso es igual, se dice que ella lo chantajeaba en lugar de avocarnos a atrapar al agresor porque la naturaleza de su delito es incalificable», destacó la abogada, quién dirige una asociación civil de ayuda a mujeres violadas.
Acacio pidió responsabilidad y ética a los medios de comunicación en el manejo de estos casos, ya que al publicar filtraciones de información, como ocurrió en éste, ponen en peligro a las víctimas y desalientan la cultura de la denuncia.
Qué confianza van a tener los denunciantes si enfrentan el riesgo de que sus datos sean filtrados a la prensa por las autoridades, cuestionó la abogada.
Respecto al paredero de Succar Kuri, indicó que según el delegado de la Procuraduría General de la República en Quintana Roo, Miguel Castrejón, ya fue ubicado el domicilio del pederasta en Los Angeles y se hicieron cateos, pero aún está prófugo.
La abogada informó que el gobernador de Quintana Roo, Joaquín Hendriks, no ha hecho ningún pronunciamiento sobre el caso y externó su esperanza de que el pederasta sea castigado.
2003/MES/MEL