Apenas el pasado sábado la Selección Mexicana de Futbol obtuvo un logro como no lo había hecho antes ningún equipo nacional. Una proeza que sin duda viene a marcar una etapa para el deporte mexicano.
Aunque en algunos rubros habíamos tenido medallistas de oro, realmente tan ni lo creemos y se nos olvidan, debido a fallas en su desempeño en la vida pública y otros porque ni ellos mismos se lo creyeron, dada nuestra natural baja estima de sentir que no lo merecemos.
Alcanzar un objetivo es producto del esfuerzo, constancia, tener muy claro lo que queremos lograr, disciplina, pero sobre todo la actitud. Tener esa certeza de saber que se logra lo que se quiere.
Anteriormente nos influyeron con la idea de "a ver si se puede", ya que se decía que lo principal era competir, aunque no se ganase. Es decir no se buscaba tener ganadores, sino únicamente gente que pareciera ser un deportista, no un triunfador, y así tuvimos un Capilla, un Mariles, una Pilar Roldán y un "Tibio" Muñoz, que posteriormente en su desempeño civil no lo fue tanto.
Claro que si queremos compararnos con otros países, pues ni siquiera figuraríamos como con Estados Unidos, que ganó 46 medallas de oro, o China con 38, lo que nos indica que ellos tienen más actitud, sin embargo creo que vamos por buen camino.
El logro mexicano importa dado que el futbol es casi el deporte nacional, no solamente para nosotros, sino para Alemania, Brasil y todas las grandes potencias. Con anteriores escuadras, a las que llegaron a nombrar con apodos despectivos (los ratoncitos verdes), se dejaba sentir el desprecio y rechazo, lo que mostraba su pobre desempeño en los estadios.
En el pasado campeonato de futbol en Sudáfrica hubo un muy buen trabajo de los jugadores en la cancha, pero sin el logro esperado, lo que indicaba que ya los jugadores empezaban a tener una actitud de equipo, más no de triunfadores.
Ahora los jugadores son muy jóvenes, sin duda la mayoría deben ser "niños índigo", de los que llegaron en oleadas a finales de los 80 y vemos personas orgullosas de ser lo que son, disciplinados, enfocados en alcanzar sus propias metas y con la mentalidad de trabajar en equipo.
Ya no es el caza goles que espera que le pongan el balón en el pie, o el que corre solo para anotar. Ya entendieron que el logro es resultado del trabajo de todos.
Y si se cree que no es cierto, veamos cómo en las medallas de plata se ganaron por pares. Ojalá en la próxima Olimpiada en verdad se preparen equipos con deportistas que tengan la actitud del triunfo y la capacidad de supeditarse a un equipo.
Que veamos equipos compitiendo en arco, esgrima, clavados, donde ha habido casi equipos campeones, y que nos olvidemos del "ya merito", del "casi, casi", del "a lo mejor".
Si bien la actitud debe existir desde los directivos y apoyar a equipos que demuestren tener las capacidades necesarias, primero para ser parte de un todo y estar conscientes que las metas se alcanzan trabajando, enfocados en lo que quieren y sobre todo sin preocuparse de qué van a comer mañana.
Los dirigentes que dejen de cobrar los sueldos de reyes y permitan que los recursos económicos vayan a quienes los ganan con su esfuerzo, y no a los que por favores están al frente de las oficinas y que si bien nada saben del deporte y sí mucho de las transas, permitan a los verdaderos deportistas hacer su labor.
Que eliminen a los funcionarios que tienen más 30 años dirigiendo la escena, y dejen que personas más visionarias ocupen los lugares que promuevan la llegada de deportistas triunfadores enfocados en obtener metas claras y menos aproximaciones.
*Narradora oral, astróloga y terapeuta.
12/JEO/RMB
