Jóvenes líderes católicos de todas las regiones de México rechazaron hoy la doble moral con la que la jerarquía católica los arrastra a vivir su sexualidad.
En México, en donde 28.5 por ciento la población tiene de 15 a 29 años, y 89 por ciento es católica; la jerarquía eclesial y los grupos ultraconservadores trabajan para que la culpa y la ignorancia permeen la vida sexual de sus feligreses.
En contraste, existen mujeres y hombres jóvenes que al interior de la iglesia defienden los derechos sexuales y reproductivos, como las y los 35 participantes que de 16 estados llegaron a un taller de tres días denominado Taller de Capacitación, organizado por Católicas por el Derecho a Decidir.
Entrevistados durante el taller, Manuel Ramos, periodista de San Miguel de Allende, y Alondra Ariza concordaron en que la iglesia católica no promueva información falsa ni amenace a la juventud con mecanismos represivos como la excomunión, tal y como ocurrió en enero cuando se dio el escándalo de la Anticoncepción de Emergencia.
«La juventud usa anticonceptivos y está a favor de las relaciones prematrimoniales» explicó Adriana Lims, psicóloga de Monterrey. «aunque la jerarquía católica lo llame libertinaje».
Coincide con ella David Lozano, quien trabaja en un módulo de atención adolescente en Comitán y San Cristóbal de las Casas, Chiapas, donde se pueden ver «prácticas de riesgo que tuvieron (los adolescentes) y se sienten culpables», y aunque estén vinculados a alguna organización religiosa no encuentran apoyo ni quién los escuche.
Los jóvenes que se reúnen hasta mañana en un local de Coyoacán están preocupados porque el deseo no se viva con culpa, y para que las relaciones sexuales se vivan con responsabilidad.
En este sentido, Alondra Ariza considera que son un grupo que trabaja a contracorriente entre la militancia católica, pero en el trabajo diario se dan cuenta que las y los católicos jóvenes aunque no participen en organizaciones quieren reconciliar su fe y sexualidad.
Por ello Manuel Ramos, quien aún medita si se convertirá en sacerdote, llamó a otros jóvenes a dejar de pensar que el cuerpo y el alma están separados para reconocer «que Dios está en el placer físico».
04/MR/BJ